De la Condesa a la
Guerrero: diez pasos sin dolor o el desglose de un poeta becario del Sistema Nacional de Creadores
Primer punto:
Estoy harto, ¡sí!, harto de que me digan que soy un resentido, como si estuvieran
descubriendo algo que yo no supiera: claro que soy un resentido, pero no un
envidioso y ahora voy a explicar en qué radica tal resentimiento (esto lo aclaro
para que los detractores ya nopierdan su “Inteligencia” queriendo insultarme o
menospreciarme al hacer una lectura prejuiciosa de mis críticas o comentarios).
Segundo punto: Las
becas del Sistema Nacional de Creadores funcionan como una inversión, dado que se
paga a alguien por crear un producto que se espera que circule más allá de sus
estantes particulares: en este caso, el trabajo del poeta es en lo que el
Gobierno, a nombre de todos los ciudadanos(puesto que se paga con el erario
público) invierte. Se entiende,entonces, que la inversión económica se hace
sobre el libro que resultará de obtener este estímulo, y los
inversionistas,finalmente son los ciudadanos que pagan impuestos para que
el Gobierno los invierta a su vez en los creadores de todo el país, ¿o acaso “Nacional”
tiene otra acepción de la que no se nos ha enterado?
Tercer punto: Hasta
el momento, el porcentaje de malos becarios (poetas) es grande. Casi ninguno de
estos poetas es excelente. No digamos maravilloso,perfecto, muy bueno. El libro
es el producto. Y la mayoría de libros que escriben como resultado del goce de
esta beca no tiene calidad literaria.
Cuarto punto: Hasta
donde sabemos, cada poeta gana más o menos 18 mil pesos mensuales durante tres
años por un solo proyecto de escritura (en este preciso momento no está
disponible en línea la convocatoria del año pasado para corroborar el dato).
Esto, como podemos ver, es exagerado para el tipo del libro que al final
ofrecen. ¿Cómo podemos comprobar que sus productos no tienen calidad literaria?
Simple:
Quinto punto: Es
sencillo confirmar que los poemarios que entregan como producto de esta
beca tienen ciertas carencias: son libros que regularmente se publican con los
propios medios del poeta o por los amigos editores del poeta; por las
universidades o institutos de cultura de algún Estado (de donde regularmente es
nativo el poeta) para justificar presupuestos públicos, o de plano son
publicados por el propio CONACULTA. Esto quiere decir que ninguna otra editorial
comercial se interesa por ellos. Son libros que regularmente no se publican en
el extranjero por ninguna editorial comercial o universitaria, y menos se
traducen a otros idiomas. Fuera de los círculos de amigos de los propios poetas,
la mayoría de estos libros son desconocidos en los ámbitos académicos donde se
estudia la literatura mexicana actual. También son desconocidos a nivel
nacional, aunque el sistema ostente el título de Nacional. Y aquí es donde cabe
preguntarse: si es un Sistema Nacional de Creadores, ¿por qué son y deberían
seguir siendo los mismos quienes las obtienen? Esto provoca que las estéticas
propuestas estéticas para desarrollar los proyectos sean las mismas y no ofrecen
variedad ni diferencias y por lo tanto la poesía mexicana no evoluciona.
Sexto punto:
Después de escuchar directamente a algunos poetas que han sido beneficiados
con ese estímulo jactándose de que sólo escriben para cumplir con la beca, es
vergonzoso que en vez de que se pongan a escribir con una visión magnífica de lo
que es la poesía, se expresen como abúlicos y déspotas poéticos. Y por lo tanto,
digamos, se vuelven flojos y repetitivos, y más que creadores de una propuesta
artística, se convierten en repetidores de fórmulas cuyo efecto saben
infalible para quedar bien con quien les paga. ( Al final quien les paga es
el pueblo mexicano, pero esto lo olvidan o no lo quieren reconocer)
Séptimo punto:
Si algunos de estos poemarios son publicados en el extranjero,traducidos o
premiados a nivel nacional mexicano, se debe, la mayoría de las veces, al apoyo
de sus propios amigos, padrinos o mecenas;intereses políticos literarios o
simplemente para intercambiar participantes en encuentros internacionales de
poetas.
Octavo punto:
Siendo un estímulo para crear un libro de alrededor de 120 páginas, el
monto otorgado para tal propósito resulta excesivo. La mayoría de los escritores
que no cuentan con él, trabajan y escriben, por lo que es un error que los
becarios supongan que el estímulo aplique para pagar sus cuentas.
Noveno punto: Estoy
de acuerdo en que se modifiquen todas las bases de la convocatoria del Sistema
Nacional de Creadores o que definitivamente desaparezca. Ya se ha visto que un
estímulo como este no ratifica la calidad de ningún tipo de obra, y como
producto cultural no es vendible a nivel internacional, pues hasta el momento,
ninguna editorial de ningún otro país se ha interesado específicamente en la
calidad literaria de alguno de esos títulos.
Décimo punto: El
abuso por parte de la mayoría de los becarios ha provocado que este sistema sea
una burla más. Los actos de corrupción de este sistema de becas son graves.
Quien no lo quiera ver es porque está formando parte del mismo mecanismo y se
siente muy cómodo siendo beneficiado sin que nadie ni nada le importe y sin que
nadie lo cuestione. Así,lo único que está creando el sistema nacional de
creadores es un grupo de becarios egoístas y poetas flojos.
Coda: Si quienes
ya tuvieron esta beca no aprovecharon el tiempo ni el dinero para dar un buen
proyecto, ¿por qué no dar oportunidad a otros para que sí lo hagan? Recuerden
que el estímulo es para crear, no para pagar sus deudas o mantener su estilo de
vida... En todo caso, no tiene nada de malo cambiarse de colonia.
Nota: Como sé que
las hordas de ofendidos o ardidos no tardarán en brincar en mi comal, les vuelvo
a aclarar que sí escribo esto por resentido (puesto que es indignante el cinismo
de tantos abusivos y porque nadie me paga por el trabajo poético que hago desde hace
años) pero no por envidioso. Y les puedo informar, antes de que se arranquen las
ropas,que no estoy pidiendo beca para mí, si no para el 80% de poetas a nivel
nacional que merecen obtener este apoyo.
Juan Martínez nunca
tuvo beca, y uno solo de sus versos vale más que cualquier libro de los becarios
del Sistema Nacional de Creadores.
Nota bis: Aquí
hablosólo del caso de los becarios poetas, pero sé que no me equivocaríasi
pensara que ciertos dramaturgos, narradores, bailarines, artistasvisuales y
músicos incurren en los mismos abusos.
Marco
Fonz
y
las limaduras de La ManoIzquierda
desde
Quito, Ecuador 2013
(para
que no vaya a caeraccidentalmente
en
las vías del metro)