WALFRED RODRÍGUEZ (Pintor Oaxaqueño) y texto de
NEFTALÍ BÁEZ (CUENTISTA)
PRESENTADO EN EL TERCER ENCUENTRO MÉXICO JÓVEN (2010)
Él era un oaxacalifornicator en la tierra
californiana del Gobernator. Y por lo tanto, sus
imaginerías, como tótem epidérmico, estaban en peligro
de extinción. Por eso emigraron, violentaron las
fronteras de su piel. Los tatuajes gitanos ya estaban
cansados de recorrer sus brazos, su espalda poluta, atlas
del humo trasnochado. En cambio su amante era un
país con los beneficios de lo ignoto. Una tierra para
hacer queso de leche de mala madre. A ella se fue con
todo y colores, soñando y friolento, un don dolor
trashumante, a sembrársele por la noche.
-Mátate por una mejor vida, en los Espacios
Unidos de América, de ella.
Y así, con el valor de un albañíl de serenatas
rosa mexicano, se lanzó a cruzar ese otro río bravo, ese
de leche bronca venida de la vía galáctea.
¿Y sabes qué? Tengo un secretito nomás pa tu
oreja izquierda: allá encontró algo todavía mejor. Cual
exo arqueólogo halló un universo prehistórico, como el
que resolvió Corichi el mexicano. Ah, al fin este
coloréografo pudo improvisar ahí con acuarelas y
fueguerelas, desfilar cohetes alegóricos, volver como
astrógnomo a la luz par y prima, ser fuente de una gran
revolución cosmunista, contra el muro, ese muro con el
que siempre haremos puentes verticales.
0 comentarios:
Publicar un comentario