Pablo M. Antúnez
De ti caduco
De ti caduco en las mañanas
cuando los ayeres de tu vientre me matan a escondidas.
Mi decrépito caminar me obliga a despertar junto a tus ojos,
entonces
a orillas olvido tu bejuco agusanado
y entierro tu cielo en mis hombros rotos.
y entierro tu cielo en mis hombros rotos.
[Este pequeño poema fue publicado por primera vez en el libro: "El Amor es una bestia sin huesos" Instituto de CUltura del Estado de Durango" 2008 ]
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