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TANIA PLATA
Debes morir
Tania Plata (Durango, México)
Así era como lo recordaba: gotas de
sudor rodando por su frente, hincado, viendo a la puerta de vidrio, a un lado
del sofá de piel y su nuca entibiando la boca de mi escopeta. Así
debes morir.
-Te busqué Mauro -hablo en susurros y
trato de estar calmada-, diez años estuve tras de ti y de pronto, en un
parpadeo, te encontré burlándote de mí, escribiendo tus supuestas glorias.
-Yo no soy Mauro -su voz
emite un extraño zumbido y su masudo cuerpo no deja de temblar. Puedo ver,
reflejada en la puerta, cómo se arrastra su panza en la alfombra.
-No mientas, crees que por llenarte
el cuerpo con grasa y tener el pelo blanco, te escondes de mí o de Dios -Trata
de levantarse, pero pateo sus nalgas–, mantente en cuclillas, cómo el perro que
eres.
-Le juro que no soy Mauro. Mi nombre
es…
-Tú y nadie más lo sabía. Esa forma
de describir nuestra vida, fue como si volviera a vivirlo: tu cuerpo desnudo,
inmenso apoderándose de mi cama, día tras día, tu olor asfixiando mi garganta,
los golpes que asesinaron toda mi esperanza, y la impureza de tu humanidad
derramándose en mí. Pero, ¿sabes cómo descubrí que te escondías tras esa grotesca
flacidez? -comienzo a llorar, no lo puedo evitar-, en tu segundo libro se te
ocurrió utilizar la misma fecha, la misma hora, de aquel día cuando me sacaste
desnuda a la lluvia, todos vieron como me arrancabas el cabello, escupiste en
mi rostro. Ser, lo que eres ahora, fue lo que me trajo hasta ti. No permitiré
que te sigas burlando de mí, que digas al mundo lo que has hecho conmigo.
Dejaremos de sufrir ambos. Debes morir.
-Por favor -su cuerpo comienza a
temblar más rápido, cierra los ojos, su barbilla tirita, sacudiendo toda su
papada-. Le juro que yo no soy Mauro. Por favor, no quiero morir.
Veo el reflejo de su rostro en el
vidrio. La barba que antes simulaba un verde podrido, en su rostro, ahora es
blanca. Su llanto ensordece mis pensamientos, perece un cerdo en rastro. Ciño
con más fuerza la escopeta a su nuca. El hombre que estaba a mis pies,
llora y sigue llorando. Me dejo caer en el sofá, acaricio las cicatrices de mi
rostro, jalo mis cabellos.
-Tú no eres Mauro…
TANIA PLATA
Ha
publicado el volumen de cuento El Desierto de Diana y Otras Chicas
PlayBoy. En 2007 mereció el Premio Estatal de Artes Plásticas Olga
Arias de Cuento. textos suyos fueron recogidos en las antologías de cuento La
última cópula de la cigarra y 25 Años de Narrativa en Durango.
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