|Arte, Literatura y algo más|
rescata una nota sobre el escritor
Everardo Ramirez Puentes
Esta nota fue publicada en el Siglo de Durango el 21 de septiembre de 2004.
Por Verónica Castro Bojórquez
Devoción a Jorge Luis Borges |
Everardo Ramírez Puentes (Durango, México)
Al alistarse a la secundaria se encontró con el maestro Héctor
Ramírez, quien le estimuló su imaginación y creatividad. Recuerda que el
maestro lo ponía a escuchar, en acetatos, la voz de todos los poetas de la
Generación del 27.
Everardo, poeta y ensayista originario de Peñón Blanco, Durango,
declaró que “en el medio rural el comercio de los libros, como en 1968, no
había libros, las bibliotecas eran prácticamente algo ausente; no había la
presencia de libros, aunque sí una fuerte presencia de la oralidad”, declaró
este poeta, quien afirma que creció en un mundo idílico.
COPIAS MUY MALAS
Su primer poema lo escribió en segundo año de secundaria, cuando
el amor afloró en su corazón, “eran poemas que recuperaban mucho la tradición
de la poesía española, eran copias muy malas...”
Everardo Ramírez es un gran admirador de Jorge Luis Borges,
incluso algunos de sus colegas lo llaman “el Borges duranguense”. Su encuentro
con él fue en la Escuela Normal “J. Guadalupe Aguilera”, cuando la maestra de
la clase de Español, Justa Ramírez, les leyó el cuento “El jardín de los
senderos que se bifurcan” y “La continuidad de los parques”; “cuando nos leyó
el de Cortázar me pareció bien, pero cuando leyó el de Borges me pareció
bellísimo. Yo me quedé abrumado porque por fin conocí a un escritor que
manejaba la lengua de una manera, casi divina, donde el adjetivo y el
sustantivo podían convivir de manera armónica, sin cansar al lector”, declaró.
Incluso, cuando recibió su primer sueldo como maestro fue comprar
un libro de Borges, en especial donde estuviera “El jardín de los senderos que
se bifurcan”; “en ese entonces me costó 500 pesos, aún lo conservo, lo leí
mucho en la sierra”. Desde ese momento Everardo empezó a explorar toda la
narrativa del escritor argentino, “considero que su escritura es una de las más
perfectas que se pudieron haber hecho”.
Además de su admiración por la obra de Borges, se siente atraído
por la poesía de José Manuel Othón, el autor de “Idilio salvaje”: “es un poeta
de los grandes del país, pero lamentablemente estamos hablado de un poeta que
no se lee, a pesar de ser brillante. A mí me interesó de él cómo logró hacer
del paisaje una metáfora permanente del amor”. De igual forma, admira a Manuel
Acuña: “su muerte lo envolvió en un mito, pero al fin de cuentas es un gran
romántico”. La voz de Charles Bukowsky también le atrae, “en él descubrí que el
lenguaje puede fluir sin que el mismo autor intervenga o frustre la intención
del inconsciente del escritor”, explicó.
PARAÍSO QUE NO QUIERE PERDER
A lo largo de su carrera como escritor ha asistido a algunos
talleres para mejorar su técnica, con maestros como: María Luisa Puga, Eduardo
Antonio Parra (Premio Juan Rulfo 1998) y Carlos Oliva.
“Me considero más un poeta que otra cosa, me siento más libre e
intenso. Pero he explorado con cierta satisfacción el cuento corto. Creo que
para ser un novelista hace falta tener oficio, y creo que tienen que pasar
muchos años para demostrar que uno puede escribir una novela magistral. Ahora
estoy escribiendo la novela de mi infancia”, dijo.
Agregó que su infancia fue muy feliz, en el campo, “con amplia
libertad, crecí entre las historias de los campesinos, donde las nubes tenía un
significado, donde las estaciones tenía su propia historia. Uno sabía las
labores que se tenía que hacer en cada estación, cada una de ellas era un friso
literario. Las Navidades de mi pueblo eras maravillosas, eran de por sí
literatura, ir a misa de 12, escuchar el canto, los aguinaldos cuando se
levantaba el Niño Dios, y a pesar de que vivimos en un medio rural con muchas
limitaciones materiales, no fueron obstáculos para desarrollar una visión
positiva de mi infancia. Es el paraíso que no quiero perder”.
Recordó que antes la palabra tenía un peso específico y un
ejemplo para los infantes, por eso espera que sus tres hijos (Marat, Katia y
Andrea) amen las cosas elementales de la vida, “normalmente la modernidad
destructiva nos plantea que el objeto te hace feliz, no la posibilidad que
puedas desarrollar como sujeto. Aspiro a que mis hijos sean sujetos críticos y
sepan valorar las cosas del mundo de las partes más simples, que son las que le
dan el sentido al mundo”.
Su hija Katia es la lectora de la casa, “a ella le tocó la
epidemia de la lectura”, hecho que lo llena de orgullo, y al cuestionarle si le
gustaría que se involucrara en el política como él, respondió con palabras de
Lezama Lima: “la política es demasiado importante como para dejársela a los
políticos... Todo ser humano debe ser una gente política, pero en una nueva fórmula
en donde el ciudadano recupere la confianza en la democracia y en la acción
ciudadana del político”.
PALABRA VALE POR ELLA
Consideró que se vale hacer poesía dentro de la política,
siempre y cuando, la poesía no termine en un texto panfletario: “yo digo que la
poesía tiene una cultura inmersa que las generaciones, incluyendo la mía,
perdimos el contacto íntimo con ella”.
Para Everardo Ramírez la poesía no tiene que ser un canto para
pontificar ni denigrar a nadie, “la poesía tiene sus valores intrínsecos, la
palabra vale por su misma... Se puede escribir poesía sin contaminarla de toda
la jerga política”.
Para este peñonense, la poesía, como decía Platón, “esa cosa
liviana, alada y sagrada... Liviana por la capacidad de síntesis en las
imágenes; alada porque sigue siendo un misterio, y sagrada porque es el género
literario con el que uno puede acercarse más a lo que se puede llamar la
divinidad”.
Es un poeta que empezó a escribir por inspiración, pero ha
aprendido a escribir formas para escribir poesía, “creo que una de las cosas
que hizo mucho daño es la famosa idea del verso libre, como si éste no tuviera
ritmo, métrica, sonoridad. Yo escribí mucho más influenciado por la
inspiración, ahora soy más responsable de lo que escribo, no solamente obedezco
a la inspiración, sino a la sonoridad y ritmo del poema”.
Consideró que el poeta, todos los días, redescubre el mundo,
“nada se agota como tema. Lo interesante es cómo redescubres y con qué
originalidad descubres es tema”.
Muchas personas admiran la memoria de Everardo Ramírez, quien en
toda charla, por más simple que sea, comenta alguna cita de algún famoso, en
ese aspecto declaró que cuando descubrió la literatura se encontró con muchos
nombres, que de entrada son nombres muy literarios, “yo empecé y sigo teniendo
la idea de querer tener el conocimiento absoluto del mundo en la visión
humanista, es decir, saber de la naturaleza, filosofía, sociología, literatura.
La idea del hombre que puede estar en todas partes y en ninguna a la vez”.
ENAMORADO DEL LIBRO
Por otro lado, consideró que el libro ha sido el mismo, y que
solamente como objeto ha sido transformado, “hoy es un disquete, un formato
nuevo. Mientras el hombre no pierda la capacidad de asombro ante el mundo, el
libro puede cambiar de formas.
“En mi caso me siento identificado con el libro como y enamorado
del libro como objeto”, por eso confesó que es un escritor tradicionalista, de
ésos que aún escriben con lápiz y papel, para después pasar a un procesador de
textos, “yo me sentía un poco avergonzado de ello, pero me levantó la moral el
saber que Carlos Montemayor, uno de los grandes escritores de Chihuahua,
declaró que escribe a mano y después pasa sus textos a la computadora”, declaró
mientras soltaba un tímida, pero a la vez sonora carcajada.
Opinó que la literatura en Durango está pasando por un proceso
de recomposición y reestructuración, “por muchos años permaneció atrapada, por
la misma cerrazón de las mismas comunidades en Durango. Se produjo una
literatura para ser leída parroquialmente; no es una literatura que se haya
hecho con posibilidades de trasponer fronteras”.
Anunció que Evodio Escalante, Socorro Soto, Luis Carlos
Quiñones, María Rosa Fiscal, Óscar Jiménez Luna, José ángel Leyva, José Reyes,
están realizando una literatura muy importante, “es una generación que abrió y
está abriendo el camino”, dijo, para después destacar la obra de Jesús
Alvarado, “eso quiere decir que la gente esté leyendo”, aunque afirmó que el
desarrollo de la literatura en Durango ha sido muy asimétrico.
Antes de concluir, Everardo Ramírez comentó que su siguiente
desafío, en los próximos cinco años, es escribir y significarse como uno de los
escritores leídos de su generación.
INFLUENCIAS
El “Che” Guevara, una imagen a seguir.
Everardo Ramírez Puente también es un político, comparte las
bases de la izquierda, incluso, al ser estudiante normalista soñaba con ser
como el “Che” Gueveara, “hoy lo digo con más respeto. Un hombre lúcido, que
podía escribir poesía, leer a León Felipe, ser extremadamente sensible, que
podía hacer la Revolución y hombre absolutamente austero”.
Considera que el hombre puede ser feliz en la austeridad y en el
dominio pleno de sus goces íntimos, “para gozar la vida no tienes que aspirar a
las grandes cosas y máxime cuando tiene que atropellar a otra gente”.
Corría el año de 1991 cuando llegó al PRD, pero se comprometió
más con el partido en 1995, “cuando uno incursiona en política tiene que tener
un proyecto colectivo. La utopía de los pobres y marginales no es algo
imposible, es algo que se puede hacer”.
Hace escasos meses la vida y el destino mismo puso a prueba a
Everardo Ramírez, cuando perdió la Presidencia Municipal de Peñón Blanco. Fue
un golpe muy duro, pero considera que la derrota y la victoria dentro de la
política con circunstanciales, “creo que lo peor que le puede suceder a un
hombre es que se derrote a sí mismo, porque con quien lucha uno cotidianamente
no es con los otros. El peor enemigo de uno es uno mismo. La pérdida de la
campaña en Peñón Blanco no la veo como una derrota. A mí no me interesaba el
presente y futuro de Everardo, me interesaba lo que iba a pasar en Peñón Blanco
después del 4 de julio... Ahí se pueden hacer grandes cosas”, declaró.
El escritor espera que su pueblo se abra a nuevas cosas, a
elementos civilizadores, que llegan dijo, a través de la cultura y la
educación.
“Creo que acepté con madurez la derrota, creo que tengo que
hacer mucho por mi pueblo, tengo una enorme fe en mi pueblo, lo quiero mucho,
finalmente sigo siendo de Peñón. Uno no decide dónde nació o muere, pero sí
puede seleccionar sus preferencias. Sigo amando el terreno de la infancia”.
Reconoció que en la izquierda hay una crisis enorme, porque
chocaron dos paradigmas: el pragmatismo político y la izquierda que tiene que
ver con las reivindicación de las causas humanas y sociales, “hay una pérdida
de credibilidad en los mismos actores de la izquierda... Pero al final tendrá
la razón el paradigma de que la izquierda tiene que recuperar sus orígenes
reales: nació para luchar, para ejercer una lectura crítica de la acción
política, para servir”, explicó.
Por eso dijo que es necesario romper esquemas tradicionales como
el paternalismo, rediseñar un nuevo esquema político y generar nuevos acuerdos
con la sociedad. Incluso, considera que el futuro está en ella.
OPINIÓN
Sentimientos.
Everardo Ramírez Puente es un poeta que tiene el respeto de sus
compañeros de oficio.
BORGES: alter ego.
PEÑÓN BLANCO: mi paraíso.
CINE: enamoramiento.
POESÍA: casi todo.
LIBRO: “El aleph”.
POLÍTICA: arte de ser.
VICENTE FOX: decepción.
IZQUIERDA: una posibilidad.
PRD: crisis.
ANDRÉS MANUEL LÓPEZ: realidad.
ROSARIO ROBLES: desengaño.
SOLEDAD RUIZ CANAÁN: indiferencia.
JOSÉ REVUELTAS: rebeldía crítica.
“CHE” GUEVARA: mi ejemplo.
FUENTE: Investigación El Siglo de Durango.
FICHA TÉCNICA
NOMBRE: Everardo Ramírez Puente.
FECHA DE NACIMIENTO: 7 de febrero de 1966.
LUGAR DE NACIMIENTO: Peñón Blanco, Durango.
PADRES: Martín Ramírez Castro y Paula Puente Puente.
HERMANOS: Ana María, María Estela, José Guadalupe, José Raúl,
Martín, Juan Manuel, Blanca Noemí y Luis Rubén.
ESPOSA: María Catalina Rosales Ruiz.
HIJOS: Marat, Katia (ambos de 9 años) y Andrea (8 años).
ESTUDIOS: Maestro normalista de la Escuela Normal “J. Guadalupe
Aguilera”.
ESPECIALIZACIÓN: Maestro en Educación por la Universidad
Pedagógica.
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