Alatriste renuncia al Xavier Villaurrutia por acusaciones de plagio

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Alatriste renuncia al Xavier Villaurrutia por acusaciones de plagio

 El escritor mexicano Sealtiel Alatriste (Ciudad de México, 1949), quien el pasado 23 de enero obtuvo el premio Xavier Villaurrutia, renunció al mismo ante las acusaciones de plagio que a través de las redes sociales hicieron públicas autores como Gabriel Zaid y Guillermo Sheridan. Además, el escritor dimitió de su cargo como coordinador de Difusión Cultural de la Universidad Nacional Autónoma de México (Unam).

Alatriste obtuvo el premio en forma compartida con el escritor Felipe Garrido, y aunque en un primer momento declaró sentirse “feliz” y comprometido “a seguir escribiendo con la enorme ilusión que siempre me ha dado el hacerlo”, poco después tuvo que hacer frente a las acusaciones de Zaid y Sheridan, que desencadenaron una ola de críticas en medios digitales e impresos.

Zaid, aparte de calificar a Alatriste de “mediocre”, impugnó a la Unam por haber “colonizado” el galardón. “Una desgracia de la literatura mexicana es que ahora las instituciones millonarias pesan más que el buen juicio lector, cuando apapachan a sus mediocres”, escribió Zaid. “Y una desgracia del Premio Villaurrutia es que haya sido colonizado por la Unam, que impuso como premiado a su coordinador de Difusión Cultural, Sealtiel Alatriste, un alto funcionario que maneja buena parte de los 2.426 millones de pesos del presupuesto de extensión universitaria”.

Sheridan, a su vez Premio Villaurrutia 1989, acusó a Alatriste de haber tomado partes de un artículo del poeta español Javier Villán sobre Camilo José Cela, para hacer un texto propio. “Es una pena, pero es congruente con el nivel de gesticulación a la mexicana, que se le haya otorgado el ‘Premio Xavier Villaurrutia de escritores para escritores’ al señor Sealtiel Alatriste...”, escribió Sheridan.

“También es una pena para las instituciones otorgantes (la Sociedad Alfonsina Internacional, el Conaculta, el Inba) y para un premio que recibieron Rulfo y Paz, Revueltas y Garro, Elizondo y Zaid, Arredondo y Pacheco... Es una pena que un escritor engañe: las letras y la inteligencia mexicana configuraban un espacio de honestidad en un país proclive a la mentira. Ya no”, concluyó.

Entre las reacciones que desataron Zaid y Sheridan se encuentra la de Teófilo Huerta Moreno, quien ha denunciado a Alatriste como violador de los derechos de autor en el blog Sealtiel Alatriste, cazador de letras (violador de los derechos de autor).

El miércoles 15 de febrero, Alatriste pidió al rector de la Unam, José Narro Robles, que hiciera efectiva la separación de su cargo “para que se mesuren en su exacta dimensión las faltas que pude cometer en el pasado, y reivindicar mi obra literaria y mi trabajo como editor y funcionario de la cultura”. Narro aceptó la petición del funcionario.

En un comunicado personal enviado a la prensa, Alatriste explicó que las acusaciones responden a que había utilizado “párrafos de diversas fuentes en unos artículos que escribí hace años, y que representan una parte ínfima de los que he escrito. No voy a negar que la falta que se me atribuye sea cierta. Niego sin embargo que éstos, mis artículos, sean producto de un plagio”.

En la misiva, Alatriste señala que en sus artículos “lo sustancial parte de ideas y recuerdos propios, con un estilo personal que se puede rastrear en toda mi obra, y si en los casos señalados refieren algo ya escrito, investigado o conocido, no constituyen la médula de mi argumentación, y el propio sistema universal del derecho de autor lo admite como una conducta lícita, apuntando que la falta se limita a no haber entrecomillado o citado la fuente, sobre todo si ésta se realiza fuera del campo educativo o de la investigación científica”.

“No pretendo justificar, ni disculpo lo hecho, al contrario, me disculpo con quien pudiera sentirse ofendido con ello, pero sí creo necesario acotar mi error, pues no medré con esos párrafos, ni me adjudiqué el mérito de algún descubrimiento excepcional, ni los presenté en ninguna instancia académica, y nada tienen que ver con ningún libro que me hubiese hecho merecedor a cualquier premio”, continúa Alatriste.

Un grupo denominado Escritores contra el Plagio (donde aparecen las firmas de Sheridan, Ernesto Lumbreras, Carla Faesler, Gerardo Ochoa Sandy y Malú Huacuja del Toro, entre otras 233) abrió una consulta pública en el portal Change.org en la que se pedía al Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, a la Sociedad Alfonsina Internacional y al Instituto Nacional de Bellas Artes, retirar el Premio Xavier Villaurrutia a Alatriste.

Argumentan que “no se puede premiar el plagio. Quien plagia no es escritor, sino un ladrón de ideas y palabras. Cuando se utilizan fuentes ajenas, debe mediar un reconocimiento expreso como una cita o mención a la fuente. Sealtiel Alatriste ha demostrado no hacer eso y tomar párrafos enteros de otros escritores haciéndolos pasar por suyos. Esto no se debe permitir”.

Tras la renuncia de Alatriste al premio y a su cargo en la Unam, los escritores cerraron la consulta pública con la frase: “Renuncia Alatriste al premio. Gracias a todos. Logramos el cambio”.

El jueves 16, el rector Narro Robles dijo a la prensa que la situación presentada con Alatriste se limitaba al ámbito personal y no dañaba a la máxima casa mexicana de estudios en lo institucional. “Se trata de un asunto que involucra a una persona”, dijo Narro. “No tiene que ver con la institución, que funciona dentro de los términos, de los cánones de lo que es una universidad como la nuestra: donde se presenta la solicitud de separación y la propia renuncia, que por supuesto es de aceptarse. Que como yo he informado, el involucrado, el maestro Sealtiel Alatriste, ha quedado relevado de su responsabilidad y ha sido aceptada la renuncia”.

Sobre una posible sanción por parte de la Unam, Narro afirmó que se trata de un asunto externo que la institución resuelve con la renuncia del ex funcionario. “Son hechos que acontecen fuera del quehacer y la responsabilidad que (Alatriste) tenía como funcionario. Era una función distinta y, por lo que corresponde a la institución, reconociendo la falta y procediendo a la aceptación de la renuncia está cubierto el tema en lo que a la institución le corresponde”.

Ese mismo día, durante la sesión ordinaria del Consejo Universitario, el consejero alumno por el Colegio de Ciencias y Humanidades, Ricardo Enrique Núñez Ramírez, tomó la palabra en la discusión de asuntos generales para llamar a la defensa de la Unam de las “calumnias” del grupo Letras Libres. “Han hecho señalamientos en el sentido de que nuestra institución intenta colonizar el prestigiado premio Xavier Villaurrutia. He sabido que realizan críticas frecuentes a nuestra universidad con el afán de desprestigiarla. La Unam no es el único proyecto progresista y comprometido socialmente al que este grupo ha atacado, el periódico La Jornada también fue objeto de ataques infundados por parte de ellos”.

Núñez Ramírez aseveró que la casa de estudios es “una de las escasas instituciones que funcionan correctamente en este país y juega un papel de primer nivel en la reconstrucción del maltrecho tejido social, discutiendo y proponiendo diversas soluciones. Por esto, es necesario defenderla de calumnias que no tienen otro propósito que vulnerar el carácter crítico de la universidad pública. Llamamos al pleno del Consejo Universitario para que nos manifestemos en tal sentido”.

Luego de la salida de Sealtiel Alatriste de la Coordinación de Difusión Cultural, en algunos sectores de la comunidad universitaria se han comenzado a mencionar nombres de posibles sustitutos, entre los que se habla de Jimena Giménez Cacho, Juan Villoro, Jaime Labastida y José Woldenberg.

La entrega del Premio Xavier Villaurrutia a Felipe Garrido está programada para el próximo 27 de marzo, en la sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes, en Ciudad de México, a las 19 horas.


Fuentes:
 Letralia. http://www.letralia.com 
 Proceso: http://www.proceso.com.mx/
MVS Noticias


V Encuentro México Joven 2012


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El programa del V Encuentro México Jóven Cozumel-2012

SOBRE EL PROYECTO MÉXICO JÓVEN

Este encuentro es organizado por la Asociación Cultural Polaco-Mexicana, Bocian & Nopal bajo la coordinación de la Dra. Maja Zawierzeniec, originaria de Polonia. El propósito de este proyecto es promover en Polonia y en Europa el arte y la literatura de los jóvenes mexicanos.

Hasta la fecha se han realizado 4 encuentros: primero fue en Xalapa, Veracruz (2008), después en Varsovia, Polonia (2009), luego en Monterrey, México (2010 y en Valencia España (2011)

En el 2012 los integrantes de México Joven se encontrarán en tres ocasiones:


1-México Joven Sur Cozumel 8‐10.03.2012 – con el apoyo de la Universidad Autónoma de Quintana Roo Campus Cozumel

2- México Joven Sur Chiapas 15‐16.03.2012

3- México Joven Warszawa Centralna 21‐25.05.2012.


Programa México Jóven, Cozumel-2012

Las actividades serán efectuadas en coordinación con la Universidad Autónoma de Quintana Roo Campus Cozumel.

PROGRAMA  México Joven Sur Cozumel del 7 al 10 de Marzo de 2012

Big bang boom de la novela -- Rolando Gabrielli

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Rolando Gabrielli

Este texto fue publicado como un comentario de la nota "Numeralia 25 secretos literarios" de la autoría de Mariana Linares Cruz en Letras libres. 


Big bang boom de la novela

Por Rolando Gabrielli 


El mundo editorial empresarial anuncia que prepara un nuevo boom para la narrativa latinoamericana: léase la novela. El cuento, la poesía o cualquier otro género, son meros fantasmas editoriales para quienes mueven los hilos del negocio del libro. La novela es el mercado. La literatura en general es un fantasma de períodos cíclicos en estos tiempos mediáticos, digitales, de imágenes, TV y games. La novela, que hace medio siglo viene siendo desahuciada, sobrevive a pesar de los pesares con sus best-sellers y algunos relumbrones históricos, pasionales, negros, ligeros, divertidos, ficcionados por el terror y el gran espectáculo. Son los nuevos cachorros aullando detrás del viejo primerboom de los años sesenta, con Julio Cortázar, Mario Vargas Llosa, Gabriel García Márquez, Carlos Fuentes. Son otra cosa, dicen, más contaminados por la nueva civilización. Con menos complejo de país. Lejos del ombligo patrio. A la "nueva novela" la están subiendo a un patín diferente para "encontrar" un camino distinto al del realismo mágico, del que literalmente hablando abominaba el chileno Roberto Bolaño. Los que vienen con sus cuchillas más o menos afiladas, también a intentar amputarle la cabeza al autor deLos detectives salvajes. Condición sine qua non de quien quiere subirse al podium del Olimpo.

París fue la capital incubadora de este fenómeno, me refiero al boom de los mayores. Jorge Luis Borges nunca escribió una novela, fue un cuentista magistral, poeta y ensayista borgiano, eterno ciudadano del Otro, de la palabra. El cubano Cabrera Infante sólo pudo oler el boom. Juan Rulfo llegó después y muy calladito para quedarse para siempre. Tampoco perteneció al boom el peruano José Arguedas, ni el uruguayo Juan Carlos Onetti, un prosista profundo que hay que leer y olvidar menos, porque su prosa crea nuevos mundos y funda un lugar mítico, como lo hacen sólo los grandes novelistas (Faulkner, García Márquez, Rulfo). El cubano José Lezama Lima llegó más atrás que el último vagón del tren de la novela boom, pero para quedarse conParadiso. ¿Esta ola es una nueva camada como la pintan los agentes literarios en la Feria de Guadalajara? En Bogotá, Colombia, ya había surgido el movimiento de los 39 escogidos por su edad, pertenecer a una nueva narrativa fiel a su mestizaje, su condición de diáspora, prosa sin fronteras y unas cuantas características que definen el siglo XXI, a juicio de sus promotores, como la contaminación de géneros. Viven en su mayoría fuera de sus países, estudiaron en universidades extranjeras, casados algunos con personas de otras nacionalidades, hablan idiomas, les atrae el imán de culturas diferentes a la propia, etc. Me pregunto si Cortázar no reúne esas características y la mayoría de los escritores narradores latinoamericanos no hicieron su literatura fuera de su país, como Gabriel García Márquez inclusive, Álvaro Mutis, Carpentier, Cabrera Infante, o el excluido novelista paraguayo Augusto Roa Bastos. Cortázar es el símbolo de ese escritor cosmopolita que suelta amarras regionales sin dejar de ser argentino. París fue la capital de la novela latinoamericana. Al menos allí dormían, escribían, conversaban, se reunían, leían y hacían el amor alguno de ellos. ¿La ciudad luz parió la bengala del boom? Ni tanto, diría, fue el lugar, el escenario propicio para repensar los escenarios, salir de la región y botar el ombligo de la originalidad local.

Dos

Ahora la comunicación es global, más expedita, autónoma, pero los capitanes del mundo editorial clasifican sus nichos con especialización, porque el público está cada día menos educado, preparado para leer textos trascendentes. Tolstoi y Dostoyevski se morirían de hambre hoy, por citar a dos novelistas clásicos para cualquier iniciado en la novela. James Joyce se ha quedado con lectores académicos o enfermos de literatura. Roberto Bolaño ha resultado ser la bisagra del viejo boom, que detestaba, y el nuevo ad portas,que seguramente le partiría el espinazo. Sobre el primer movimiento dijo algunas cosas que a continuación detallaré en sus palabras. Respecto de lo que viene, no alcanzó a pronunciarse directamente, porque murió antes de tiempo, sí dejó su novela prima 2666.

"No creo en el triunfo. Nadie, con dos dedos de frente, puede creer en eso. Creo en el tiempo. Eso es algo tangible, aunque no se sabe si real o no, pero el triunfo, no, de ninguna manera. En el campo de los triunfadores uno puede encontrar a los seres más miserables de la Tierra y hasta allí yo no he llegado ni me veo con estómago para llegar.

"No, no, no me siento heredero del boom de ninguna manera. Aunque me estuviera muriendo de hambre no aceptaría ni la más mínima limosna del boom, aunque hay escritores muy buenos, que releo a menudo, como Cortázar o Bioy. El boom, al principio, como suele suceder en casi todo, fue muy bueno, muy estimulante, pero la herencia delboom da miedo. Por ejemplo, ¿quiénes son los herederos oficiales de García Márquez?, pues Isabel Allende, Laura Restrepo, Luis Sepúlveda y algún otro. A mí García Márquez cada día me resulta más semejante a Santos Chocano o en el mejor de los casos a Lugones. ¿Y quiénes son los herederos oficiales de Fuentes? ¿Y de Vargas Llosa? En fin, corramos un tupido velo. Como lectores hemos llegado a un punto en donde, aparentemente, no hay salidas. Como escritores hemos llegado literalmente a un precipicio. No se ve forma de cruzar, pero hay que cruzarlo y ese es nuestro trabajo, encontrar la manera de cruzarlo. Evidentemente en este punto la tradición de los padres (y de algunos abuelos) no sirve para nada, al contrario, se convierte en un lastre. Si no queremos despeñarnos en el precipicio, hay que inventar, hay que ser audaces, cosa que tampoco garantiza nada".

Tres

Un escritor incómodo Bolaño, para editores y sus propios pares. Un acierto de Herralde y Anagrama transformarlo en papel y circularlo. Susan Sontag antes de morir le dio el pasaporte y bendijo para entrar a Estados Unidos. La literatura anglosajona y su mercado tienen mucho de ombliguista, sólo existen prácticamente los autores del patio. Juan Goytisolo advierte que la cultura que sólo mira su propio ombligo es una cultura que cae. Para M. Kundera se trata de una suerte de provincianismo, esto de rechazar otras culturas o hacer cultura con otras culturas. Su propia literatura les parece tan rica que no tienen que interesarse por lo que se escribe en otros lugares. Esto va también para Europa Central y África, marginados eternos del escenario global.

Por ahí leí un artículo y le sugerí a una amiga que vive en Estados Unidos que piense en un ensayo sobre este tema de la literatura local, que tanto apasiona y aprisiona a editores y a un público prisionero del mercado. Todos estos preparativos del nuevo boom no tienen el menor eco en el mercado norteamericano, ni en su prensa que hace crítica literaria especializada y masiva, como los diarios. Pareciera que Nueva York, la Babel de las artes, es el lugar cedido al idioma español, su nicho, aunque se haya cerrado recientemente la librería más importante para los libros en castellano. Existe un gran optimismo porque desde ahí se genere una cultura hispana y algunos ven a NY City como el relevo de París. ¿Nuestros países en América Latina se han quedado sin espíritu, conciencia crítica, escenario, voluntad para crear, o las editoriales tienen otra agenda? Colombia es un país de novela.

Muchas novelas se van por "el despeñadero del recto", parodiando a Goytisolo, cuando nos alerta sobre el consumismo más que la lectura. El tema de los lectores siempre ha preocupado y a las editoriales más. Lector macho o hembra, como decía Cortázar, o el lector fantasma se va apoderando de una lectura invisible o sostenida por la chatarra comercial.

Cuatro

Imperdonable, dejé por fuera de la fotografía al escritor, profesor y crítico argentino Ricardo Piglia, un animador de estos nuevos tiempos literarios en la tradición borgiana. Gran lector, académico estudioso y crítico tenaz. Piglia sostiene, en su libro Formas breves, que Borges considera que la novela no es narrativa, porque está demasiado alejada de las formas orales, es decir, ha perdido los rastros de un interlocutor presente que hace posible el sobreentendido y la elipsis, y por lo tanto la rapidez y la concisión de los relatos breves y de los cuentos orales.

Sobre la novela se ha novelado mucho. Existen recetas, decálogos y mandamientos. El colombiano Fernando Vallejo, no invitado a la Feria de Guadalajara por sus continuos enfrentamientos con las autoridades colombianas y sus dichos no ortodoxos, es un ejemplo de cómo se entra a la literatura con pasaporte propio, como si no le quedaran letras al abecedario, utilizando todos los recursos, la contaminación de la imaginación y de sí mismo si fuera necesario. Tuvieron que ocurrir varias ediciones de su libroLa puta de Babilonia, antes que la editaran en España. La novela no necesita más retórica, ni compromisos, ni declaraciones de principio, sino que la liberen del mercado. La novela es cómplice con el lector, su tiempo o cualquier otro, no tiene lugar y seguirá atada a su monólogo esencial entre el autor y sus fantasmas.

Roberto Bolaño había entrado a Estados Unidos de la mano de Susan Sontag. Ambos ya habían desaparecido. Sólo quedaba la recomendación, los buenos oficios. Un acto legítimo, sin compromiso más que con la literatura. No es habitual en estos ni en otros tiempos. Ahora The Washington Post confirma en una lista de preferencias para el 2007 que Los detectives salvajes figuran entre los cinco libros seleccionados por el público. The Savage Detectiveses una novela premiada por el Rómulo Gallegos de Venezuela y Herralde de España. Sólo Gabriel García Márquez, una ironía para Bolaño, había ingresado con igual fuerza en el mercado norteamericano.

Bolaño se jugó siempre, como pocos, al estilo Gore Vidal y Mailer, en otro escenario, pero con fuerza, como el desarraigado que fue, el escritor en permanente diáspora de sí mismo que también fue, el Otro Bolaño que creció en el Sur, DF, y se quedó finalmente en el Mediterráneo. La lejanía de un escritor y sus temas, la aventura hacia lo desconocido está finalmente en el corazón, como dijo Rimbaud, el más desesperado de todos los poetas, según Neruda.

Cinco

¿El mercado necesita reactivarse o estamos ante un boomliterario con obras reconocidas que el público debe leer? No hablemos de tendencias, nuevas formas, vanguardias, ni la nueva novela, ni el fin de los santones de la novela de los 60 y 70, sino de contaminación, ejercicio libre, porque la novela surge donde uno menos se la espera, sin reglas, el amor es desamor y viceversa y el juego puede llegar a ser tragedia, la improvisación o la anarquía, un nuevo orden. Todo el espacio y las vísceras para la novela, es lo que digo o quiero decir. Que toquen fondo los calificativos, rótulos, porque nada está ni estará en un mismo lugar.

Género popular, vulgar, para divulgar los grandes escenarios, la historia, la pasión del monólogo, la pasión cómplice y la vida calzada en el feroz guante de la realidad o de la ficción del yo. La novela no se escapa de sí misma y no busca autor. Es ella misma. Aún se leen novelas en los baños, salas de espera, aviones, hasta en las bibliotecas, y se hojean muchas en las librerías. Hay interés por la novela, vivir la vida de otro, correr una aventura, viajar, estar en otros lugares, recorrer con los protagonistas una misma suerte y destino. Es un buen síntoma para la novela y el libro.

No hagas mañana lo que puedas dejar para pasado mañana--Roger Bartra


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Roger Bartra 

Fuente: Letras libres



Me da gusto decir que coincido plenamente con la idea central que expresa Jorge Castañeda en su libro Mañana o pasado: el misterio de los mexicanos (México, 2011): la modernización de México choca abiertamente con el llamado carácter nacional de los mexicanos, lo que ha provocado una profunda crisis cultural: “Hay una desconexión entre algunos rasgos del carácter nacional y la realidad del país”, afirma Jorge Castañeda. El tema del carácter nacional ha sido tradicionalmente esgrimido por la derecha tanto en Europa como en Estados Unidos. Allí sigue siendo un asunto que los conservadores sacan a relucir cuando creen que las identidades nacionales se encuentran en peligro de extinción debido a la avalancha de emigrantes. En América Latina ha sido con frecuencia la izquierda quien ha exaltado el carácter nacional y ha señalado que está amenazado. En México esta exaltación ha formado parte de la política nacionalista revolucionaria instituida por los gobiernos autoritarios durante siete décadas.

Cuando yo abordé este tema hace más de un cuarto de siglo me topé con la indiferencia, si no es que el menosprecio, de muchos intelectuales y políticos. Casi nadie creía en aquella época que el carácter nacional de los mexicanos era un grave problema que los había encerrado en una jaula melancólica y que se había convertido en un mito muy eficiente para legitimar el poder autoritario, pero ineficiente para legitimar a racionalidad de la fábrica moderna. Muy pocos creían, como lo afirmé insistentemente, que el mito del carácter nacional había quedado herido desde 1968 y que había iniciado una saludable aunque penosa decadencia, lo que pronosticaba que la legitimidad del sistema se iría erosionando. Efectivamente, al cabo de los años el sistema autoritario entró en una crisis que abrió paso a la transición democrática. La cultura nacional había ofrecido a los mexicanos un paradigma nacionalista unificador cuyo emblema, en mi análisis irónico, era un axolote, cuya metamorfosis moderna había sido frustrada por un carácter nacional melancólico. Concluí que cada vez había más mexicanos que habían sido arrojados del paraíso originario, y también habían sido expulsados del futuro: “Han perdido su identidad, pero no lo deploran: su nuevo mundo es una manzana de discordias y contradicciones. Sin haber sido modernos, ahora son desmodernos: ya no se parecen al axolote, son otros, son diferentes”. Estos son los nuevos mexicanos, o postmexicanos, que ayudaron a cambiar las cosas a fines del siglo pasado y que contribuyeron a derribar al antiguo régimen. No son mayoría, pero son muchos. No forman un grupo cohesionado y están dispersos, pero su presencia se percibe en muchos ámbitos, en los partidos, en los barrios, en las universidades, en las escuelas, en las oficinas, en las fábricas y entre los emigrantes que van a Estados Unidos.

Sin embargo, como señala Jorge Castañeda, aún tenemos que soportar el enorme peso de esa cultura política atrasada que anima al llamado carácter nacional. En un ensayo reciente, Héctor Aguilar Camín y Jorge Castañeda lo expresaron en forma metafórica: México “es un país ballena que se sigue creyendo un ajolote” (“Regreso al futuro”, Nexos 396, diciembre 2010). El axolote del que yo hablaba hace un cuarto de siglo no se ha extinguido y sigue pesando en nuestra cultura y en nuestros hábitos. La jaula ha sido abierta por la modernización, pero dentro de ella quedan muchos que no pueden o no quieren escapar.

Jorge Castañeda ha escogido algunos rasgos del carácter nacional que le parecen especialmente significativos y ante los cuales la modernización se topa como con una pared de granito. Estos rasgos son el individualismo, la hipocresía como medio para huir del conflicto, el miedo a lo extranjero y la corrupción. Calificar como individualista la condición de millones de mexicanos que viven sumergidos en una sociedad caótica, desarticulada e incivil se presta a cierta confusión. El individualismo, como bien lo vio Tocqueville, es un fruto envenenado, peligroso de la sociedad moderna democrática, no un resabio de rasgos ancestrales. Estos rasgos ancestrales antiguos son los que durante largo tiempo anclaron a muchos mexicanos a su pueblo, a su cacique, a su sindicato, a su iglesia y a su familia. La modernidad subvirtió este Edén, como lo intuyó el poeta López Velarde, y muchos mexicanos fueron arrojados a un mundo en el que no acababa de implantarse lo moderno. Expulsados del mundo rural no encontraron en su país un espacio urbano e industrial organizado en forma moderna. La excepción fueron los millones que se fueron a vivir a los Estados Unidos. Por eso a los mexicanos residentes en Estados Unidos no se les pueden aplicar los estereotipos que supuestamente definen al carácter nacional.

El individualismo mexicano, propone Jorge Castañeda, está tatuado en el subconsciente de cada ciudadano, como lo revela la parábola de los cangrejos tratando de escapar de una cubeta: los esfuerzos por salir de cada uno derriban a los que están en el borde a punto de salir. Pero esta alegoría representa más bien la ausencia de individualismo, como el proverbial saco de papas con que Marx describió a la sociedad campesina.
Pero más allá de la terminología, el argumento de Jorge Castañeda sigue en pie: en México gran parte de la población carece de las costumbres civiles que encaminan a los individuos a organizarse para apoyar el progreso del país, por encima de los intereses egoístas. Para aclarar las cosas, Jorge Castañeda se ve obligado a hablar de un “individualismo premoderno” o “arcaico” arraigado en el pasado. Esta falta de civilidad moderna es sin duda un gran obstáculo que frena el proceso democrático y bloquea el desarrollo económico. La sociedad mexicana está demasiado estatizada y el Estado aún no está suficientemente civilizado. Por eso las urbes mexicanas son todavía intensamente rurales y al Estado le falta esa urbanidad civilizada propia de las democracias modernas.

Como México es ya una sociedad de clase media a Jorge Castañeda le parece incongruente el exacerbado individualismo. Pero esta contradicción parece evidente sólo si se ve a la clase media como una sociedad unidimensional a la manera en que la definió Herbert Marcuse o compuesta por hombres-masa como los definió Ortega y Gasset. A mi me parece que, por el contrario, el individualismo crece en la misma proporción en que se amplía la clase media. Lo que en realidad es incompatible con la creciente ramificación y modernización de la clase media mexicana es la tradicional incivilidad que hemos heredado del antiguo régimen autoritario. El nuevo individualismo sin duda generará tensiones, en la medida en que no sea modulado por una nueva cultura democrática. Por lo pronto, coexiste con el individualismo arcaico que Jorge Castañeda ve con razón como un componente disfuncional en el seno de una sociedad donde la clase media ya es hegemónica.

Nos enfrentamos a un problema espinoso. ¿De dónde surgen los rasgos del carácter nacional mexicano que son disfuncionales? El victimismo, el miedo al enfrentamiento y a la discusión, la hipocresía, la simulación y la aversión a lo extranjero emanan, sostiene Jorge Castañeda, de un lugar remoto del alma mexicana, son rasgos profundos de la psique de los mexicanos. Reconoce que la idea de un carácter mexicano es un constructo cultural o ideológico. Yo hablaría de un mito con una diversidad cambiante de funciones. Pero Jorge Castañeda alega que ello no puede surgir de la nada, sino que se ajusta a una realidad que a la vez refleja y modifica. Con toda razón afirma que el carácter nacional no es algo ancestral y preexistente que ha sido descubierto por poetas y antropólogos, y tampoco es una mera estructura ideológica impuesta por las clases dominantes, un engaño para legitimar el poder establecido. Busca una interpretación intermedia, de tipo histórico. Yo creo que se trata en lo fundamental de un problema cultural, desde luego con raíces históricas. Me parece que los elementos disfuncionales y antimodernos que tan bien ubica Jorge Castañeda son mitos incrustados en nuestra cultura política. Como tales, son difíciles de erradicar, pero no son algo permanente que emana del alma mexicana.

Jorge Castañeda observa que el vaso que contiene los hábitos y las costumbres en México se encuentra medio lleno de toda clase de elementos arcaicos y disfuncionales. Es cierto. Pero también es verdad que el vaso de la identidad nacional se encuentra medio vacío y que ello, como dije al comenzar, ha sido un hecho fundamental que ha impulsado la transición democrática. Se puede aplicar aquí una observación similar a la que podemos hacer cuando escuchamos la denuncia de que 40 % de la población vive en la pobreza. Es cierto, pero se puede comprender que el 60 % restante forma parte de la clase media y, en mínima proporción, de las clases ricas. Lo mismo se aplica a nuestra democracia: es incipiente, defectuosa, deforme y débil. Pero es democracia. No hace mucho el vaso de la política estaba casi totalmente lleno de autoritarismo. Hoy ya no es así.

Jorge Castañeda sugiere que el antiguo sistema político autoritario y corrupto no fue la causa sino el efecto de los vicios del carácter nacional. El antiguo régimen sería un espejo de la sociedad. No creo que sea sí, pero tampoco es cierta la fórmula inversa según la cual el sistema priista sería el único motor causante de una identidad nacional legitimadora de la corrupción y la antidemocracia. Lo que teníamos era una cultura política hegemónica que infiltraba hondamente tanto al sistema político como a la sociedad. Por ello la desaparición del viejo sistema no ha traído consigo un cambio en el carácter nacional. Las cosas han sido de otra manera: los cambios en la cultura política han provocado tanto el final del viejo sistema como una crisis de la identidad nacional. Sin embargo, la vieja cultura política no ha desaparecido completamente y sigue influyendo en una gran parte de la población. Las encuestas han reflejado repetidamente este hecho.

Podemos suponer que la vieja cultura política irá retrocediendo paulatinamente, tal como ha ocurrido en los últimos cuarenta años. Habría un proceso modernizador lento que iría eliminando los elementos disfuncionales. Pero esto no es para nada seguro. La vieja cultura política puede enquistarse, resistir al cambio e incluso extenderse. Basta pensar en el ejemplo de Argentina, donde la arcaica cultura peronista parece perpetuarse.

Del libro de Jorge Castañeda se desprende la idea de que hoy estamos más frente a una encrucijada cultural (o de civilización) que ante un problema de reforma política y legislativa. Pero muchos se exasperan ante la dificultad de que los diputados y los senadores sean incapaces de llegar a acuerdos para cambiar el sistema político. De allí la impaciencia de políticos como Peña Nieto por lograr cambios que fomenten la generación de mayorías en el Congreso, impaciencia compartida por Jorge Castañeda. Otra opción sería enfatizar la parlamentarización del sistema y lograr acuerdos negociados entre las fuerzas políticas que por si solas no han logrado una mayoría suficiente. Creo que es la mejor alternativa, ya que durante las arduas negociaciones parlamentarias se van modificando lentamente los hábitos y vicios ligados a la vieja cultura política. Ello me parece mejor que un cambio abrupto que, por ejemplo, restablezca el llamado candado de gobernabilidad o que anule la cláusula de sobrerepresentación. Este tipo de cambios le facilitaría las cosas a un posible futuro gobierno priísta. El problema es que, desde la perspectiva que se desprende del análisis de Jorge Castañeda, en México estamos frente al peligro de que haya una restauración de la vieja cultura política. Y como el principal impulsor de dicha cultura es el priísmo, que es el mayor, aunque no único, depositario de los rasgos disfuncionales y retardatarios, estamos ante el peligro de permanecer enjaulados en la inmovilidad tradicional durante largo tiempo.

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Invention of love 

Los libros fantásticos de vuelo del Sr. Morris Lessmore


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William Joyce
LOS LIBROS FANTÁSTICOS DE VUELO DEL SEÑOR MORRIS LESSMORE

The Fantastic Flying Books of Mr. Morris Lessmore (2011)


LAS MARAVILLAS QUE OFRECEN LOS LIBROS

Presentación del libro Cine México 1970-2011

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Fernando Andrade Cacino

En el marco del 27 Festival Internacional de Cine en Guadalajara se llevará a cabo la presentación del libro Cine México 1970-2011 (Coordinado y realizado por José Rodríguez López.


El evento tendrá lugar el lunes 5 de marzo a las 11.00 hs, en el salón "Joaquín Pardavé" de Expo
Guadalajara, sede del festival.




La noche de los feos--- Mario Benedetti


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Mario Benedetti

LA NOCHE DE LOS FEOS


Ambos somos feos. Ni siquiera vulgarmente feos. Ella tiene un pómulo hundido. Desde los ocho años, cuando le hicieron la operación. Mi asquerosa marca junto a la boca viene de una quemadura feroz, ocurrida a comienzos de mi adolescencia.

Tampoco puede decirse que tengamos ojos tiernos, esa suerte de faros de justificación por los que a veces los horribles consiguen arrimarse a la belleza. No, de ningún modo. Tanto los de ella como los míos son ojos de resentimiento, que sólo reflejan la poca o ninguna resignación con que enfrentamos nuestro infortunio. Quizá eso nos haya unido. Tal vez unido no sea la palabra más apropiada. Me refiero al odio implacable que cada uno de nosotros siente por su propio rostro.

Nos conocimos a la entrada del cine, haciendo cola para ver en la pantalla a dos hermosos cualesquiera. Allí fue donde por primera vez nos examinamos sin simpatía pero con oscura solidaridad; allí fue donde registramos, ya desde la primera ojeada, nuestras respectivas soledades. En la cola todos estaban de a dos, pero además eran auténticas parejas: esposos, novios, amantes, abuelitos, vaya uno a saber. Todos -de la mano o del brazo- tenían a alguien. Sólo ella y yo teníamos las manos sueltas y crispadas.

Nos miramos las respectivas fealdades con detenimiento, con insolencia, sin curiosidad. Recorrí la hendidura de su pómulo con la garantía de desparpajo que me otorgaba mi mejilla encogida. Ella no se sonrojó. Me gustó que fuera dura, que devolviera mi inspección con una ojeada minuciosa a la zona lisa, brillante, sin barba, de mi vieja quemadura.

Por fin entramos. Nos sentamos en filas distintas, pero contiguas. Ella no podía mirarme, pero yo, aun en la penumbra, podía distinguir su nuca de pelos rubios, su oreja fresca bien formada. Era la oreja de su lado normal.

Durante una hora y cuarenta minutos admiramos las respectivas bellezas del rudo héroe y la suave heroína. Por lo menos yo he sido siempre capaz de admirar lo lindo. Mi animadversión la reservo para mi rostro y a veces para Dios. También para el rostro de otros feos, de otros espantajos. Quizá debería sentir piedad, pero no puedo. La verdad es que son algo así como espejos. A veces me pregunto qué suerte habría corrido el mito si Narciso hubiera tenido un pómulo hundido, o el ácido le hubiera quemado la mejilla, o le faltara media nariz, o tuviera una costura en la frente.

La esperé a la salida. Caminé unos metros junto a ella, y luego le hablé. Cuando se detuvo y me miró, tuve la impresión de que vacilaba. La invité a que charláramos un rato en un café o una confitería. De pronto aceptó.

La confitería estaba llena, pero en ese momento se desocupó una mesa. A medida que pasábamos entre la gente, quedaban a nuestras espaldas las señas, los gestos de asombro. Mis antenas están particularmente adiestradas para captar esa curiosidad enfermiza, ese inconsciente sadismo de los que tienen un rostro corriente, milagrosamente simétrico. Pero esta vez ni siquiera era necesaria mi adiestrada intuición, ya que mis oídos alcanzaban para registrar murmullos, tosecitas, falsas carrasperas. Un rostro horrible y aislado tiene evidentemente su interés; pero dos fealdades juntas constituyen en sí mismas un espectáculos mayor, poco menos que coordinado; algo que se debe mirar en compañía, junto a uno (o una) de esos bien parecidos con quienes merece compartirse el mundo.

Nos sentamos, pedimos dos helados, y ella tuvo coraje (eso también me gustó) para sacar del bolso su espejito y arreglarse el pelo. Su lindo pelo.

"¿Qué está pensando?", pregunté.

Ella guardó el espejo y sonrió. El pozo de la mejilla cambió de forma.

"Un lugar común", dijo. "Tal para cual".

Hablamos largamente. A la hora y media hubo que pedir dos cafés para justificar la prolongada permanencia. De pronto me di cuenta de que tanto ella como yo estábamos hablando con una franqueza tan hiriente que amenazaba traspasar la sinceridad y convertirse en un casi equivalente de la hipocresía. Decidí tirarme a fondo.

"Usted se siente excluida del mundo, ¿verdad?"

"Sí", dijo, todavía mirándome.

"Usted admira a los hermosos, a los normales. Usted quisiera tener un rostro tan equilibrado como esa muchachita que está a su derecha, a pesar de que usted es inteligente, y ella, a juzgar por su risa, irremisiblemente estúpida."

"Sí."

Por primera vez no pudo sostener mi mirada.

"Yo también quisiera eso. Pero hay una posibilidad, ¿sabe?, de que usted y yo lleguemos a algo."

"¿Algo cómo qué?"

"Como querernos, caramba. O simplemente congeniar. Llámele como quiera, pero hay una posibilidad."

Ella frunció el ceño. No quería concebir esperanzas.

"Prométame no tomarme como un chiflado."


"Prometo."


"La posibilidad es meternos en la noche. En la noche íntegra. En lo oscuro total. ¿Me entiende?"


"No."


"¡Tiene que entenderme! Lo oscuro total. Donde usted no me vea, donde yo no la vea. Su cuerpo es lindo, ¿no lo sabía?"

Se sonrojó, y la hendidura de la mejilla se volvió súbitamente escarlata.

"Vivo solo, en un apartamento, y queda cerca."

Levantó la cabeza y ahora sí me miró preguntándome, averiguando sobre mí, tratando desesperadamente de llegar a un diagnóstico.

"Vamos", dijo.

No sólo apagué la luz sino que además corrí la doble cortina. A mi lado ella respiraba. Y no era una respiración afanosa. No quiso que la ayudara a desvestirse.

Yo no veía nada, nada. Pero igual pude darme cuenta de que ahora estaba inmóvil, a la espera. Estiré cautelosamente una mano, hasta hallar su pecho. Mi tacto me transmitió una versión estimulante, poderosa. Así vi su vientre, su sexo. Sus manos también me vieron.

En ese instante comprendí que debía arrancarme (y arrancarla) de aquella mentira que yo mismo había fabricado. O intentado fabricar. Fue como un relámpago. No éramos eso. No éramos eso.

Tuve que recurrir a todas mis reservas de coraje, pero lo hice. Mi mano ascendió lentamente hasta su rostro, encontró el surco de horror, y empezó una lenta, convincente y convencida caricia. En realidad mis dedos (al principio un poco temblorosos, luego progresivamente serenos) pasaron muchas veces sobre sus lágrimas.

Entonces, cuando yo menos lo esperaba, su mano también llegó a mi cara, y pasó y repasó el costurón y el pellejo liso, esa isla sin barba de mi marca siniestra.

Lloramos hasta el alba. Desgraciados, felices. Luego me levanté y descorrí la cortina doble.


En jaque (Poesía erótica)

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EN JAQUE



Pablo M. Antúnez

 


I

¡Mierda!
Me has traído aquí para derrotarme
¿No es así?
Sabes que soy de carne
¿No es así?


¿Cómo demonios se te ocurre
traerme a este lugar
donde has reunido a un centenar de soldados para vencerme?

Has puesto una manzana sobre la mesa
y un libro de un escritor desconocido en mis rodillas.


II

¡Demonios!
No te quites la ropa, no vengo preparado para jugar a las muñecas.
Estás luchando con las armas de la carne, en un lugar donde has tendido una trampa.

Me has apuñalada con tus miradas cabronas de doncella.

 ¡Despiadada!
¡Cruel!
¡No se vale!
Me cae que no se vale.

Estoy tan débil frente a ti.
Tú y tus ejércitos me vencerán.

Me doy.

NO ES QUE MUERA DE AMOR--- Jaime Sabines


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Jaime Sabines

NO ES QUE MUERA DE AMOR

Jaime Sabines  (Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, 1926 -1999)

No es que muera de amor, muero de ti.
Muero de ti, amor, de amor de ti,
de urgencia mía de mi piel de ti,
de mi alma de ti y de mi boca
y del insoportable que yo soy sin ti.

Muero de ti y de mí, muero de ambos,
de nosotros, de ese,
desgarrado, partido,
me muero, te muero, lo morimos.

Morimos en mi cuarto en que estoy solo,
en mi cama en que faltas,
en la calle donde mi brazo va vacío,
en el cine y los parques, los tranvías,
los lugares donde mi hombro acostumbra tu cabeza
y mi mano tu mano
y todo yo te sé como yo mismo.

Morimos en el sitio que le he prestado al aire
para que estés fuera de mí,
y en el lugar en que el aire se acaba
cuando te echo mi piel encima
y nos conocemos en nosotros, separados del mundo,
dichosa, penetrada, y cierto, interminable.

Morimos, lo sabemos, lo ignoran, nos morimos
entre los dos, ahora, separados,
del uno al otro, diariamente,
cayéndonos en múltiples estatuas,
en gestos que no vemos,
en nuestras manos que nos necesitan.

Nos morimos, amor, muero en tu vientre
que no muerdo ni beso,
en tus muslos dulcísimos y vivos,
en tu carne sin fin, muero de máscaras,
de triángulos obscuros e incesantes.
Muero de mi cuerpo y de tu cuerpo,
de nuestra muerte, amor, muero, morimos.
En el pozo de amor a todas horas,
inconsolable, a gritos,
dentro de mí, quiero decir, te llamo,
te llaman los que nacen, los que vienen
de atrás, de ti, los que a ti llegan.
Nos morimos, amor, y nada hacemos
sino morirnos más, hora tras hora,
y escribirnos y hablarnos y morirnos
.


EL POEMA MÁS HERMOSO DEL MUNDO


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LAS CHICAS SÓLO QUIEREN PLÁSTICO-- Novela de Isadora Montelongo


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Se congratula anunciar el nuevo libro de
Isadora Montelongo

Las chicas sólo quieren plástico
PLAZA & JANES EDITORES

Ante la reciente ruptura de su relación amorosa a causa de una negativa de alcoba por parte de su prometido, Ayelén se aferra a la idea de abastecerse de respuestas con las preguntas sobre sexo que surgieron a partir de ese encuentro interrumpido. Para llegar a ellas se entromete en situaciones escabrosas y en una convivencia con personajes que van apareciendo durante su búsqueda. Cada una de éstas la capturan en una serie de anécdotas que llevan al lector a un sexo tibio y dulce, otras a uno duro y descarnado donde las mujeres aprenden a hacerlo como hombres y los hombres aprenden a ser sólo objetos del deseo, cambiando su rol y llegando a vivir como mitos sexuales.




Las chicas ya se dieron cuenta que el amor no se encuentra a la vuelta de la esquina; las chicas ya se hartaron de ese peregrinaje; las chicas, cuando encuentran el amor, se aburren; las chicas sólo quieren tarjetas de crédito y condones; las chicas sólo quieren plástico. 

Puntos de venta: LIVERPOOL, SANBORNS, GANDHI, PORRÚA, CAFEBRERÍA EL PÉNDULO.


Sección: literatura iberoamericana » general
EAN: 9786073107549
Editorial: PLAZA & JANES EDITORES
ISBN: 9786073107549
Edición: 1ª
Formato: RUSTICO
Año: 2012
No. de páginas: 184
Idioma: ESPAÑOL
País: MEXICO

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