¿Así es como funciona un gremio? 








[A la Sociedad de Escritores de Durango]
|Pablo Antúnez

Formar parte de una asociación, a veces resulta poco relevante para el crecimiento de un creador, en particular para quienes practican la escritura creativa. No hay crecimiento para el creador ni para la asociación cuando los miembros tienen visiones distintas del quehacer artístico-literario. Cuando cada miembro no se asume como parte del engranaje del gremio. Cuando cada miembro cae en una "zona de confort" y muestra una actitud pasiva.

Algunos juegan al cuentista o al poeta llanamente sin un compromiso serio. No quieren mover un sólo dedo para hacer un movimiento literario en equipo; un movimiento literario vivo y fuerte; un movimiento que marque un territorio propio. 

Muchas veces, cada miembro prefiere trascender aislado. Incluso algunos se miran con recelo. Compiten de manera absurda. Otros cuidan celosamente sus conocimientos. Algunas “vacas sagradas” creen en la nueva generación que tocan la puerta con insistencia. No son la mayoría pero se identifican muy fácil porque comparten sus conocimientos en los talleres y lecturas. Otras “vacas sagradas” (y no sagradas) ponen una piedra o dos. Bloquean, censuran o vetan a los que no comparten su visión. ¿Por qué? Es una pregunta difícil de responder. Posiblemente a estos últimos les ha caído el veinte de que hay ciclos.

Con lo anterior no quiero afirmar que es malo formar parte de una Asociación como la SED. Tal vez es bueno. Tal vez lo único que sucede es  que no ha sucedido lo que yo esperaba; es decir, simplemente mis espectativas como nuevo integrante no se cumplieron y punto.

Desde luego que hay cosas que se han hecho acertadamente. Muchas. Pero algo no funciona. Los miembros no quieren atreverse a hacer algo diferente. No quieren transgredir. No quieren alterar el orden ni violentar su actitud pasiva. Un escritor nunca debería ser pasivo.

Una de las cosas más importantes que se ha logrado es el Encuentro Internacional de Escritores del año pasado siendo presidente Socorro Soto Alanís. Y para fortuna nuestra se gesta otro evento de magnitud similar, ahora bajo la coordinación de Zita Barragán.

Mi opinión no debería ofender a nadie. Y si eso ocurre, ¿qué clase de creadores son, entonces? La autocrítica a veces es buena.

Repito, hay cosas muy acertadas, pero vamos ¿Es todo lo que puede dar la Sociedad de Escritores de Durango?