Poemas de Everardo Ramírez Puentes

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|Everardo Ramírez Puentes 


                                                                 
Mi mujer desnuda...Salvador Dalí

Qué es la felicidad, sino ese territorio nimio, pavorosamente provisional que nos avisa la de la inminente presencia del desastre


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En el invierno hay días como abejas que vuelven a la memoria
lentas historias cargadas de tristeza;
cuando llegaste a la ciudad y te negaba, a ti, la trágica Ofelia, la inocente Larisa de las noches blancas y el Doctor Zhivago
lastimando mi alma postcomunista
de Así se templo el Acero,
estabas desarmada con tu sonrisa limpia
con tus manos que alcanzaban a dibujar el mundo en un solo trazo
después algo ocurrió en los días grises del milenio
dijo alguien que habías escapado en el Unicornio,
en la nube de Elías el Profeta, en la oscuridad de la Shoah, en el crepitar del fuego nuevo.
A veces alguien o algo toca a mi izquierda:
el ala de un ángel o la irrevocable

certeza de que nada es para siempre.
                                                     


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Qué pensaré el día de mañana
cuando los días se hayan ido?
Cuando la memoria sólo recupere las repeticiones lejanas de la memoria?
Cuando los rostros nuevos hayan levantado un dique?
Cuando el nombre vaya desapareciendo del paisaje
como el último vestigio de una tribu extinta
como las últimas grafías en el sueño
como lo indecible que siempre sitiará tu lengua inane. 



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Es la primavera con la luz
extendida como niña entre los árboles,
juguetona, traviesa, predecible.
El sol ajeno a la mezquindad de los murmullos
establece su imperio en el centro del día,
no hay más felicidad de la que no esté seguro
que nos arroja, como siempre, con los ojos del primer Adán
mientras a mis espaldas arden las ruinas de Sodoma.


                                                               ~~~~&~~~~

sube, dice la conciencia
siempre será más alta la montaña que tu sueño
ya habrá una eternidad para
ajustar cuentas con el otro
el fantasma que eras dentro y te enseño los planos
ilusos de utopía
aquel que levantó el índice
para señalar la tierra prometida
la tierra de nadie y de todos
la tierra que habrá de cubrir las palabras
la tierra que te dirá que nunca has llegado demasiado tarde,
era la tierra prometida
y las serpientes, temibles anfisbenas mordían
los pliegues de mi pesadilla
era la tierra prometida
y el agua transparente ahogaba las últimas vocales del pulmón
era la tierra prometida y nunca llegaste
entonces las serpientes por fin
dijeron "sube"
...la montaña es más alta que el sueño
ya habrá una eternidad
para ajustar cuentas con el otro.


                                                              
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Para sumar nuestros sueños bastaba un salto audaz
sin red, sin mapa, sin temores
bastaba dejar la solemnidad para otro día
la seguridad para otros años
las certezas para cuando
los cuervos rondaran nuestros huesos
...pero hubo miedo
y entonces nos espantó el vacío
A veces veo en sus ojos un crepúsculo de remordimientos
y en mi corazón un silencio
anida como un pájaro indefenso
que olvidó las notas de su canto


                                                             ~~~~&~~~~



En que momento llegan los días
los de la bruma, los del sueño fragmentado
los de mañanas desamparadas
cuando nadie voltea a ver tu sombra 
en el asfalto
en que momento llegan los días
aquellos fatales de Job
cuando la fe es un sol oscuro en la mañana y no
hay voz que te diga levantante y anda



Hay días que siempre acechan como
bestias furiosas
y uno siempre frágil, casi invisible
esperara en la cima del día

a que alguien llegue
con la sonrisa y te diga que la vida

sigue, sigue con la gracia infantil
de una niña a la que nunca 
le podremos negar la limpia 
soledad de la esperanza.


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En que sitio estaba ella con toda la memoria del pasado
en que sitio espantaba los pájaros del insomnio
en qué lugar enterraba los restos postreros de lo que fuimos
dónde buscaba los últimos restos de la postal avejentada
Ya no había salvación. A veces pienso
que nunca fuimos ni siquiera en la memoria de los que hoy somos.


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Everardo Ramírez Puentes (Peñón Blanco, Durango, México)
Narrador, poeta y promotor de lectura.

Es autor del poemario Poemas para no sentirse derrotado (ICED, 2003), del libro de cuento Las Moscas llegan en el verano (ICED, 2012) y de varios ensayos publicados en suplementos culturales y revistas. 
Es conductor del programa "Literario” de TV UJED de la Universidad Juárez del Estado de Durango. Actualmente imparte el taller de escritura creativa para jóvenes en el Instituto Municipal del Arte y la Cultura. Es coordinador del Programa Nacional de Lectura en Durango. 

1 comentarios:

Anónimo dijo...

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