Lamentación por una perra - Eduardo Lizalde


 Eduardo Lizalde  [México]


                                 Bellísima


Y si uno de esos ángeles
me estrechara de pronto sobre su corazón,
yo sucumbiría ahogado por su existencia
más poderosa
.
Rilke, de nuevo
Óigame usted, bellísima,
no soporto su amor.
Míreme, observe de qué modo
su amor daña y destruye.
Si fuera usted un poco menos bella,
si tuviera un defecto en algún sitio,
un dedo mutilado y evidente,
alguna cosa ríspida en la voz,
una pequeña cicatriz junto a esos labios
de fruta en movimiento,
una peca en el alma,
una mala pincelada imperceptible
en la sonrisa…
yo podría tolerarla.
Pero su cruel belleza es implacable,
bellísima;
no hay una fronda de reposo
para su hiriente luz
de estrella en permanente fuga
y desespera comprender
que aun la mutilación la haría más bella,
como a ciertas estatuas.


Lamentación Por Una Perra (i Monelle) 



También la pobre puta sueña.
La más infame y sucia
y rota y necia y torpe,
hinchada, renga y sorda puta,
sueña.
Pero escuchen esto,
autores,
bardos suicidas
del diecinueve atroz,
del veinte y de sus asesinos:
sólo sabe soñar
al tiempo mismo
de corromperse.
Ésa es la clave.
Ésa es la lección.
He ahí el camino para todos:
soñar y corromperse a una.




Lamentación Por Una Perra (2) 


La perra más inmunda
es noble liro junto a ella.
Se vendería por cinco tlacos
a un caimán.

Es prostitua vil,
artera zorra,
y ya tenía podrida el alma
a los cuatro años.

Pero su peor defecto es otro:
soy para ella el último
de los hombres.



Lamentación Por Una Perra (3) 


Muerde la perra
cuando estoy dormido;
rasca, rompe, excava
haciendo de su hocico una lanza,
para destruirme.
Pero hallará otra perra dentro
que gime y cava hace veinte años.





Lamentación Por Una Perra (4) 



No se conforma con hincar los dientes
en esta mano mansa
que ha derramado mieles en su pelo.
No le basta ser perra:
antes de morder
moja las fauces
en el retrete.



 Lamentación Por Una Perra (5)

¡Qué bajos cobres ha de haber
tras esa aurífera corona!
¿Qué llagas verdes
bajo las pulpas húmedas
de su piel esmeralda!
¡Qué despreciable perra puede ser ésta,
si de veras me ama!




2 comentarios:

Anónimo dijo...

JENIAL MALDITA PERRA es buena agresiva, ruda y realista

Arte, literatura y algo más dijo...

Gracias Anonimo: Claro, Lizalde tiene una voz muy potente. Es un gran poeta