UN SIGLO EN TUS ABRAZOS

Pablo M. Antúnez

Obra de James Gillray
¡Levanta  la casa de orquídeas!
esa, la que un día te defendió
de las miradas cabronas de la mañana
hasta sentías
que todas las mañanas quemaban tu piel con sus ojeras.

¡Cierra la ventana con la perla más ajena!
luego
abúsame con la oscuridad temprana de tu boca.

Reconstrúyame la herida.
con los jejenes
que levantan un altar
todas las mañanas
                         desde tu roce ancestral
                        -lindo salario para mi sed-.

    Tu piel;
   calor de locura
                flor avara
                        -descarada-

¡Oh, Dios!
 tu desnudez me mata
-linda bestia que muerde-.

¡Clávame un cielo!
con el evangelio de tus ojos salvajes
que espinan demasiado.

Incinera a mi silencio con la rosa mística
que cargas en tus siglos,
luego
enséñame a respirar ése castigo delicioso
                      y al final
                      vuelve a mí a través de tu rostro
                      y quédate así
                      por siempre, para siempre.


0 comentarios: