Banda Ancha: Una Agenda Hacia Adelante

Banda Ancha: Una Agenda Hacia Adelante

Por Ernesto Piedras
ernestopiedras@epiedras.net
Twitter: @ernestopiedras


Hoy día es posible hablar en el mundo de un ser humano con conectividad, adopción tecnológica, consumos de servicios de telecomunicaciones, equipamientos, etc. cada vez más intensivos. En efecto, esa acentuación en servicios y bienes de soporte y acceso de telecomunicaciones, nos delinea una sociedad cada vez más integrada por una suerte de Homo-Telecom. Afortunadamente, México no se abstrae de dicha tendencia. Si comparamos nuestros consumos con los de diez o quince años atrás, encontramos que hemos pasado de tener una línea fija y acaso un fax, a una situación en donde cada vez más personas tienen gastos por dos líneas telefónicas en casa y servicio de Internet de banda ancha. De manera similar, las empresas son cada vez más intensivas en servicios de transmisión de datos, voz, videoconferencia y todo tipo de operación en red, para sus procesos de planeación, administración, abastecimiento, producción, venta y distribución de mercancías y servicios.


Sabemos que hoy en México la participación de sector en el PIB total alcanza niveles en la vecindad del 5%, habiendo aumentado desde niveles inferiores a 1% en fechas no tan lejanas como 1990.


Sin embargo, en cuanto a las Tecnologías de Información y Comunicaciones (TIC) pareciera que no existe aun pleno convencimiento en diversas esferas, como la gubernamental, la académica, la del aparato productivo y la social en general. Para algunos, todavía, estos servicios pueden lucir como suntuarios u ornamentales, no de productividad, competitividad y bienestar social. Establecerlas como una prioridad implica el reconocimiento de la importancia de sus servicios de manera transversal para la sociedad y la economía. Así, la conectividad que se deriva de este sector constituye un insumo esencial para la producción, inversión, empleo, comercio, etc.


Por ello, debemos seguir en el empeño de ubicarlo en el centro de la arena académica, gubernamental, legislativa y de las políticas públicas.






Una Aproximación Cuantitativa a la Banda Ancha en México


La evolución del Internet en México, como en la mayor parte del mundo, ha sido casi exponencial, con tasas de crecimiento que rebasan los dos dígitos, adquiriendo cada vez mayor importancia para el desarrollo económico de toda nación. De esta forma, el segmento de internet de banda ancha fija en México presenta una tasa de crecimiento anual de 14.4% con respecto a septiembre de 2010, lo que representa 13.03 millones de conexiones al tercer trimestre del año.


Sin embargo, a pesar de estas elevadas tasas de crecimiento, México se encuentra rezagado conforme a los estándares internacionales de penetración de dicho servicio. La penetración de Internet de banda ancha fija alcanza escasamente 12 conexiones por cada 100 habitantes al cierre del 2011, cifra muy inferior a la de nuestros principales socios comerciales. Además ésta se encuentra limitada por la baja penetración de computadoras en el hogar ya que sólo 29% de los hogares en México tienen computadora y 21% cuentan con internet. Este preocupante resultado revela la falta de acceso a servicios tecnológicos que vive la población mexicana, lo que se traduce directamente en una merma en la productividad, tanto de la industria como de la economía en su conjunto.


Por su parte, el Internet móvil ha tenido un importante auge a nivel mundial durante los últimos años. La creciente oferta de smartphones y reducción en precios de los planes de datos ha generado una nueva tendencia de mercado enfocada en la movilidad y la conectividad permanente. Al cierre del tercer trimestre del año, 8.8% del total de las líneas móviles contaban con algún plan de datos, lo que significa que 8.6 millones de usuarios tienen acceso a la red a través de sus dispositivos móviles.


La estadística comparada internacional ubica a México con bajas velocidades de BA, altos precios, atribuibles a una elevada con una alta concentración de mercado (61.2% de las conexiones fijas y 70% de las líneas móviles). Todo esto repercute directamente sobre el bienestar de la población, ya que los elevados precios impiden a los estratos más bajos de la población el acceso a estos servicios.


Una Política Pública Integral para la Banda Ancha

No resulta excedido insistir que hoy día pareciéramos vivir con una confusión o una indecisión con respecto al tipo de sector de telecomunicaciones que necesita nuestro país, y su consecuente indefinición nos cuesta mucho en términos de competitividad y de bienestar social.

Seguimos careciendo de la capacidad que han mostrado nuestros principales rivales comerciales para ajustarnos a las nuevas condiciones económicas y tecnológicas, con adecuaciones y reformas regulatorias y legales en el campo de las TIC.

Es importante pero también urgente pensar transversalmente en estos temas de las Telecomunicaciones y las Tecnologías de la Información.


¿Cómo? De forma tal que al delinear políticas educativas, se haga en términos del Siglo 21, con conectividad, que no abandone los recursos valiosos de la educación tradicional, pero que se refuerce con ideas como un libro de texto electrónico, aulas digitales, recursos y contenidos en línea, capacitación magisterial remota, etc.

También que como todo gobierno nacional, estatal o municipal, que se pronuncia por ser intensivo en la generación de empleo, lo haga con un enfoque de capital humano de alta productividad, como la que resulta de las TIC. Y así sucesivamente para todos los temas de la agenda nacional, como son la seguridad, la salud, el crecimiento económico, el desarrollo integral, la cultura y todos los demás, pero basados mas y fortalecidos con estos beneficios del, que parece ya imparable, progreso tecnológico.

Para todo lo anterior, es necesario contar con una Política Pública (PP) Integral para las Telecomunicaciones y las tecnologías de la Información. Una Política Pública (PP) se puede describir como el conjunto de actividades de las instituciones de gobierno, actuando directamente o a través de agentes, para el fomento y apoyo de un sector económico o social de destacada importancia, con el fin de tener una influencia determinada sobre la vida de los ciudadanos.

Y la pregunta aquí es si existe en México ese conjunto de medidas articuladas con la fortaleza institucional, que ameriten llamarse una Política Pública para las telecomunicaciones. La respuesta es negativa, categóricamente no.

Si acaso existen una serie de acciones y medidas, relativamente conectadas, que se basan en una arquitectura institucional que a todas luces resulta insuficiente. Y eso por no mencionar la desatención que prevalece desde el gobierno federal y los estatales hacia los temas de telecomunicaciones como interconexión, concesiones, competencia, política fiscal de fomento, por mencionar algunos solamente, así como sus efectos sistémicos sobre la economía y la sociedad (generación de empleo, crecimiento económico, salud, educación).

El mercado por sí solo puede y hace mucho, pero no lo logra todo. Una PP efectiva debería, de una vez por todas lograr la competencia efectiva, más allá de discursos y litigios. Pero también debería llegar a toda la población, con instrumentos también efectivos y hasta imaginativos, pero no lo hace.


Algunas Reflexiones Finales

Desde el inicio de su difusión masiva, se ha reconocido a las telecomunicaciones y las tecnologías de la información como un recurso que permite a sus usuarios traspasar fronteras geográficas, culturales y jurisdiccionales para el acceso y difusión de la información así como para el intercambio comercial.

El reto más grande que enfrentamos colectivamente es el de gestar políticas que promuevan el progreso económico y el despliegue de infraestructura, al paso que mantengan un enfoque orientado al mercado del desarrollo del Internet y los servicios IP lo cual se puede lograr a través de la elaboración de una política pública integral, una política de Estado, basada en las TIC.

Requerimos en México una política pública enfocada a incrementar el uso democrático de las TIC encaminado a robustecer el desarrollo económico y social del país, con el fin de mejorar el crecimiento económico y el bienestar social, es decir, el desarrollo económico integral.

En México nos encontramos por debajo de nuestro potencial en el uso y la disponibilidad de las TICs, así como con respecto a nuestros principales socios comerciales e incluso al compararnos con otros países de condiciones similares.

Es por ello que resulta hoy un elemento de preocupación del Gobierno, de la Industria de las TIC, de la Academia y de la Sociedad en general, complementar la acción del mercado para por medio una Política Pública en términos de Agenda Digital, expandir la cobertura y mejorar la distribución de la infraestructura lo largo y ancho del territorio nacional, fomentar la baja de su precio de uso basado en una creciente competencia y, con todo, de los servicios de de dichas redes se derivan.

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