La poesía con rima y métrica ¡no está muerta!

|Arte, Literatura y algo más|
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Arte literatura y algo más comparte con agrado textos de algunos autores  que en estos tiempos aún defienden la poesía con rima y métrica.
Desde el año 2000, los autores de la página web "auténtica poesía" promueven y manifiestan lo siguiente: «La auténtica poesía, la cual se compone a base de versos y estos están dotados de unas determinadas métricas y rimas; todo lo contrario de su rival que no es otra cosa que "versos libres de rima blanca" o sea: prosa poética».

En su página inicial se puede leer lo siguiente: "Esta página ha sido creada para defender la auténtica poesía frente a la suplantación de la prosa poética".


Archivo:Frans Floris 001.jpg
Atenea junto a las musas (Frans Floris, 1560)
TEXTO INTRODUCTORIO 

La poesía es esa melodía interior que todos puede ser que llevemos muy dentro y algunos —con 
más o menos mérito— logran aflorar.   Es una bella y suprema estética para expresar las ideas.

Escribir poesías es como tender al sol las mejores telas del alma. 
La poesía es un lujoso tejido de ideas, con trama de palabras y urdimbre de versos, con la música y 
el ritmo que le da la rima. 

En estos últimos tiempos la auténtica poesía se está viendo amenazada y desplazada por un arte 
literario que muchos lo llaman de igual manera.  En realidad es lo que siempre se conoció como 
prosa poética, que al ser escrita bajo la ‘arquitectura’ de la verdadera poesía, dan lugar a que 
muchos que desconocen o prescinden de las reglas de la poesía, estén pasando en estos tiempos por 
poetas; ellos así se lo creen y la sociedad, en preocupante cantidad, así se lo acepta. 
Este libro está sujeto a las reglas de la poesía y no está contaminado de esa modernidad que hace 
que todo el que sea capaz de escribir una prosa con renglones estrechitos, sea tenido por poeta. 
La poesía que se encuentra aquí está compuesta a base de versos con medida y rima y se basa en las 
normas o reglas que rigen para la poesía. No debe confundirse con  ese otro arte literario que a 
menudo se le agrupa bajo la misma denominación y que no es otra cosa que versos libres de rima 
blanca o sea: "prosa poética".

Siempre ha sido dificultoso ponerse a trazar las líneas que definen las fronteras de dos conceptos 
contiguos.  Así, bajo la denominación de poemas, algunas personas intentan englobar esos dos 
estilos literarios: la prosa poética y  la poesía (poemas en verso). Otras veces, con esa denominación 
de poemas, se intenta distinguirlos, de tal forma que a la poesía con rima se le llama poesía y a la 
prosa poética se le llama poemas. En cuanto a estos dos conceptos no existe un claro acuerdo entre 
los más eruditos estudiosos de estas artes literarias, por lo que están condenadas por mucho tiempo 
a ser confundidas por el común de la gente. 

Escribir poesía sometiéndose al dimensionado armonioso de los versos, al ritmo cuidado de sus 
rimas, y a la distribución de los versos agrupándolos en estrofas, siempre será más dificultoso que el 
plasmar los mismos pensamientos bajo el estilo mucho más libre de la prosa poética.  Y a veces —
no cabe duda— algunas prosas poéticas superan en belleza a ciertas poesías.  Pero a nadie le está 
vedado la creación de nuevos entretejidos de versos, de rimas y de estrofas, aunque gran parte de 
los que hoy todavía se usan, tuvieron su arranque y esplendor en el Siglo de Oro español. 
Con la poesía ocurre el fenómeno parecido a la ortografía: quien no conoce bien sus reglas o quien 
no las quiere utilizar correctamente, no las utiliza o las utiliza mal y no pasa nada, pero desde ese 
momento queda expuesto a la crítica de los más ortodoxos.  En esto, como en tantas cosas, también 
cuenta el gusto de cada cual, por lo que comprendo que para mucha gente que hoy día escribe sólo 
prosa poética y la llama poesía, no  esté en nada de acuerdo con  esta opinión. !Claro, claro! No 
interesa estar de acuerdo con esto. 
La vida actual nos empuja a que todo sea más sencillo, de mínimo esfuerzo pero de gran eficacia, 
(más rentable), y así es como la prosa poética camuflada de poesía está imponiendo su ley por ser 
su producción mucho más sencilla y prolífica que la poesía de siempre. 
¡Qué le vamos a hacer! 
Hay otras adulteraciones y usurpaciones más peligrosas, quizás, que ésta de dar 'prosía' por poesía. 
Pero comprende, amable lector, que alguien tenía  que poner el dedo en la llaga para intentar 
desfacer este entuerto.
                                                                                                 
                                                                                  -Jesús Herrera Peña-








EL SONETO


Juan Cervera Sanchís (España, 1933)

III


Las más viejas palabras se hacen nuevas
en tu soneto siempre renovado
por donde, verso a verso, decantado,
con espíritu libre te renuevas.

Y sílaba tras sílaba, en las cuevas
del vino substancial, iluminado
respiras, minotauro empitonado,
y por el mirlo flauta te relevas.

Que eres tú, y los demás, línea constante
y curvados mensajes en el viento
de un alma geometral hecha de espuma.

Que todo vive y muere cada instante,
pues dinámica acción es cada acento
en la encendida punta de la pluma.


VII


Mi soneto es un pan recién salido
del horno misterioso de la vida,
es levadura y sal, agua encendida
con temblor de trigal amanecido

Mi soneto es un campo recogido
en la flor de tu mesa sorprendida
por el olor del hambre trascendida
y el recuerdo del surco florecido

Mi soneto de noche panadera
y candeal albura y hostia ilesa.
Amasijo de amor iluminado.

Que es mi soneto voz de sementera
y laboriosa música de artesa
en tiempo de vivir transubstanciado.


IX

Si en un soneto cabe la tristeza
en un soneto cabe la alegría
y yo por ti, mi Amor, sonetearía
el tiempo intemporal de la belleza.

Si cabe en un soneto la grandeza
en un soneto, oh, sí, también cabría
nuestra microilusión de cada día
y un minúsculo hueso de cereza.

Que en un soneto cabe tu ventana
con tu calle, tu casa y su tejado
y el espíritusinfín de la veleta.

Y cabe en un soneto una manzana
junta con todo un huerto y un mercado
y la frutal memoria del planeta.



XV


Vive en el universo de un soneto
esta noche de julio en que te amo;
quédese detenida en este ramo
de versos, que por ti beso y sujeto.

Sujeto aquí esta noche, y me someto
a estos catorce versos en que llamo
flor y aroma al soneto, en que te aclamo
y con tu amor, Amor me comprometo.

Me comprometo, oh, sí, que gozaremos
por siempre en el soneto y su universo
esta noche de julio enamorada.

Que aquí, y por siempre, Amor, siempre estaremos
viviendo en la belleza, y verso a verso,
la vida del soneto eternizada.


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A CABALLO ENTRE DOS TIERRAS 

Jesús Herrera

Romance octosílabo.  Ganadora del concurso de poesía "Fiestas Populares de Bargas, septiembre 1983"  y presentada bajo el título 
obligado de "Pregón Oficial de Fiestas 1983". (Es la primera poesía que he escrito en mi vida. ¡Así salió ella!). 


     A caballo entre dos tierras 
—donde La Sagra se acaba 
y La Mancha casi empieza— 
en una llanura alta 
—o en una pequeña sierra— 
regado de Guadarrama 
aunque…  de secanas tierras 
donde el trigo amarillea. 
Donde la viña no abunda 
y el olivar escasea. 
     Montes de Toledo azules, 
blancas guadarramas crestas, 
pardas tierras de perdices 
mimadas en las dehesas 
para el placer de unos pocos. 
Cardos, tomillo y retamas; 
gentes de estirpe agarena, 
hebreos, fenicios, griegos, 
godos romanos y celtas. 
Es BARGAS: Pan y nobleza. 
     Es Bargas, sí. Nuestro pueblo. 
Es una tierra modesta 
y nosotros somos gentes 
muy sencillas que gozamos 
cuando llegan nuestras Fiestas. 
¡Ya están aquí!, ya se sienten, 
despierta, Bargas, ¡despierta!, 
que el domingo de septiembre 
ya se acerca…  ¡ya está cerca! 
Ya se cogió la cosecha. 
     Las fachadas blanqueadas, 
bien surtidas las despensas 
para acoger al ausente 
que en estos días regresa. 
Y el alma, paloma inquieta, 
alborozada de gozo 
revolotea en la Iglesia. 
El corazón no nos cabe 
en el pecho, al escuchar 
esas campanas que suenan. 

Esta noche de septiembre 
—ansiada noche bargueña— 
quisiera ser pregonero, 
que a la luz de las estrellas 
proclame a los cuatro vientos: 
"¡De orden del señor Alcalde, 
que comiencen ya las Fiestas!" 
Que explote el primer cohete 
y se proclame a la reina 
de la juventud bargueña. 
     Polvorista, estate atento; 
ten preparada la brocha 
para pintarnos el cielo. 
Que la luz de tus colores 
dé colorido a mi pueblo. 
Bargueña, plancha tu falda, 
tu mantón y tu pañuelo, 
y saca las arracadas 
que guardas con tanto celo 
en el baúl de la abuela. 
     Mañana por la mañana 
tendremos que ir a  "golvel'los", 
prepárate la garrota, 
que hasta las doce o la una 
ha de durar el encierro. 
Amigos, ya me despido 
con este Pregón de Fiestas 
desde este noble balcón. 
Buen pregonero…  no he sido 
pero he puesto el corazón. 
____________ 

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A JUAN RAMÓN JIMÉNEZ

Eduardo González Suárez  (España, 1928)



Y yo me iré; y estaré solo, sin hogar, sin árbol

verde, sin pozo blanco,

sin cielo azul y plácido.

Y se quedarán los pájaros cantando...

(Juan Ramón Jiménez «Segunda antología»)


Malva y plata de estrella en el camino
donde guardas tu huella de ansia errante,
viajero inmortal de tu constante
aventura al encuentro del Destino.

Árbol, pájaro y luz en el divino
empeño de tu numen delirante
rodearon de gloria triunfante
tu barba y tu bordón de peregrino.

Te fuiste y no estás solo. En el azul
escuchamos un himno a tu memoria,
y hay un brillo perenne de tu gloria

colgado en las estrellas como un tul.
A la luz indecisa de un lucero
aún cabalgas a lomos de Platero.





PRIMAVERA

Muere la tarde en malvas abrasada
junto a la cinta verde-azul del río.
Huele a estrellas bañándose en el río
a la luz cenital de la alborada.

La anatomía cruel de la enramada
esconde un inocente pío-pío,
y la noche, amparándose en el frío,
abandona su manto avergonzada.

Hay un brillo indeciso en la pradera
que el sol convierte en oro con el día.
Se oye un tenue rumor de alguna fuente,

y en cuatro mariposas del presente,
vestida con ropajes de armonía,
aparece otra vez la Primavera.



PINTORA

(A Maruchi Ripoll)

Tornase luz la noche en tus colores,
asoma un ansia de esperanza cruel,
y en estilete vuelves tu pincel
con el que matas todos tus dolores.

Retorcidos olivos por ardores
de olvidadas ausencias junto a él,
se escapan de tus ojos al papel
y los espinos pintas sin las flores.

Maruchi, cuando naces en la tela,
eres como una inmensa caracola
ansiosa de decirnos lo que anhela.

En cada pincelada resucitas
la música de tu alma siempre sola
repleta de sorpresas infinitas.


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SÓLO SABEN SOÑAR


Agustín Sánchez

Al hallarla sentada su expresión te sorprende
su dulzura, su calma, la verdad, no se entiende,
en su limpia mirada hay reflejos de paz.
En su entorno se advierte que es feliz sin reservas
y en su voz, al hablarte, lo primero que observas
es la gracia que impregna su palabra sagaz.

¿Está bien mi peinado? Me pregunta coqueta
exhibiendo una cinta que en su pelo sujeta
la dorada cascada de un cabello sutil,
y un piropo sin duda en mis labios supone
pues no existe otra cosa que a una niña ilusione
como un dicho que halague su belleza infantil.

“Ayer tarde vinieron a jugar mis dos primos
y pintando acuarelas hasta tarde estuvimos,
fíjate qué bonito mi paisaje salió”.
Y al mostrar satisfecha un sendero nevado
el brillar de sus ojos me demuestra asombrado
que su mundo es perfecto, aunque el mundo la hirió.

“Te he traído bombones aunque sé que no quieres
—bromeando le digo— pues quizás ya no eres
la golosa de siempre, con los dulces feliz”.
Y la caja, anhelante, con sus manos osadas
investiga y muy pronto sus facciones rosadas
de marrón chocolate mancharán su nariz.

“Volveré otra mañana para ver cómo sigues
pero estudia bastante, que no quiero que obligues
a reñirte al maestro, no me quiero enfadar…”
Y el mohín de su boca me desarma y silencia
por hablar de deberes a quien sin impaciencia
en su silla de ruedas ve las horas pasar.

He salido a la calle, donde juegan criaturas
derrochando alegría, sin saber de amarguras
y en mitad de mi pecho he sentido el dolor.
¿Por qué, Dios, la injusticia de truncar una vida?
Y el recuerdo de ella, me responde enseguida
es feliz, pues el alma tiene llena de amor.

Cuando pienso despacio en mis múltiples quejas
en los muchos problemas, en molestias ya viejas
que parece que llegan la paciencia a agotar,
me consuela la imagen de una niña sentada
que riendo demuestra no se aflige por nada
pues sus ojos azules sólo saben soñar.

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TU VERDAD


José Luis Muñóz
He derramado sobre ti la vida
que en mi torpeza tu ilusión provoca,
y no he dejado de pensar tu boca
ni de hacer fuerte mi pasión dormida.

Tal vez el nombre de la rosa herida
espine el don de mi querencia loca,
o tal vez crea que en amor me toca
la blanca flor que la existencia olvida,

pero hoy al ver la realidad pintada
en el jardín de tu dorado sueño,
sobre el azul de tu inocencia alada

calmo la sed de mi razón cetrina,
y creo ver, en mi creciente empeño,
la majestad de tu verdad divina.

26–10-03





NUESTRAS VIDAS

¿De qué lado está tu sueño...?
Ya que miras hacia el norte
verás el bello horizonte
trazar su línea en la mar...

Hace ya tiempo, mi cielo,
las flores visten de largo
quitando el aroma amargo
del sol que sabe esperar,
y al ser tus ojos caricia,
imán candente en mi vida,
alma del alma querida
me llevo tu soledad.

Dices bien, y yo no dudo,
que observas la vida incierta,
que tu historia está cubierta
por un ligero cristal.
Sé que piensas que no existe
la felicidad dorada;
que la vida, por amada,
nos da ganas de llorar.

Pero hoy, querida del alma,
yo quiero abrirte mi pecho,
decirte que por derecho
pongo en tus manos mi afán.
Que tienes mi puerta abierta,
y que al llegar a ti el día
abriré tu celosía
para ayudarte a cruzar.


************************************


A UN AMOR PERDIDO


José Luis Blázquez (España, 1944)

1


Si tanto como te quise,
con tan acendrado amor,
¿por qué el destino inconstante
de mi lado te alejó?
Aún recuerdo aquella tarde
cuando al trasponerse el sol
de tu célica mirada
vi el rutilante fulgor;
cuando oí la melodía,
el susurro arrullador
que hizo el eco en mis oídos
de tu dulcísima voz.
De primavera la tarde
surcó raudo el cielo el sol
y las tenues nubecillas
del astro fueron en pos;
y cuando Febo la línea
del horizonte besó,
de los cúmulos la albura
tornóse en fino arrebol;
los pajarillos sus trinos
en acompasado son
lanzaban desde las ramas
de algún almendro ya en flor,
y más allá, solitario
y entonando su canción
hacía feliz su nido
gorjeando un ruiseñor;
todo el campo era una alfombra
de incomparable verdor,
teñido a veces del rojo
de la amapola el color.




2


En aquel celeste sitio
nos conocimos tú y yo:
¡éramos como dos niños
inocentes del amor!
Allí me miré en tus ojos,
allí sentí que tu voz
con su acento indefinible
me turbaba el corazón;
tornáronse tus mejillas
del color del arrebol
cuando aquella misma tarde
me diste el primer adiós.
¡Qué gozo tan sacrosanto
mi corazón invadió
al ver en la lejanía
ir tu virginal candor!
Y en aquel celeste sitio
por primera vez tú y yo
sentimos la viva llama
de un inextinguible amor.
¿Te acuerdas de aquel sendero
que tantas veces los dos
medimos con nuestros pasos
al ponerse adusto el sol?
¿Te acuerdas de aquella iglesia
donde promesas de amor
eterno hicimos un día
arrodillados los dos?
Yo soñaba con el día
en que lleno de ilusión
ante el mismo altar te viera
vestida de níveo albor...
y ya ves: fue en este sitio
donde el cruel destino atroz
quiso a un amor como el nuestro
dar fatal separación.




3


Mas no porque el hado infame
se opusiera a nuestro amor,
no porque la infiel fortuna
nos separase a los dos,
no porque el fatal destino
nos transiera de dolor,
no mi bien, por estas cosas
dejara de amarte yo;
que a pesar del mucho tiempo
-cinco o seis años ya son-
crece mi amor día a día
y aumenta en mí la ilusión,
y reflejan mis pupilas
de las tuyas el fulgor,
y en mis oídos resuenan
ecos de tu dulce voz,
y en los efluvios del aura
-sutilísimos que son-
de tu perfumado aliento
aspiro aromas de flor,
y frases de amor te digo
que me dicta el corazón
y a tus mejillas afluye
un delicioso rubor...




4


No sé si habrás olvidado
nuestro indefinible amor,
no sé si también suspiras
recordando con pasión
aquellas felices horas
que el hado fatal truncó,
no sé si quizás de otro
seas sin saberlo yo
y con amorosas frases
haga brotar tu ilusión,
que mi corazón ya muerto
en vida para el amor,
sólo piensa en el camino
que nos encuentre a los dos.
Mas si acaso eternamente
el destino separó
nuestras vidas para siempre
con implacable furor,
quiero que sepas que nunca,
aun turbada la razón,
hundido y maltrecho el cuerpo,
roto el alma de dolor,
aun después de que la muerte
encomiende mi alma a Dios
y mi cuerpo en una huesa
sepulten sin compasión,
aun después de mi existencia
irá creciendo mi amor
con el mismo sentimiento,
con idéntica ilusión
que aquel día que nos vimos
por primera vez tú y yo.

Créditos: Autores de la página Auténtica poesía, 2012

http://usuarios.multimania.es/autenticapoesia/index.html

1 comentarios:

Anónimo dijo...
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