(Poema)




Fragmentos del libro “Amárrate a una escoba y alcanza el cielo” (Universidad Juárez de Durango, 2013)

|Pablo M. Antúnez


a

un paraíso
se desdobla en mi cara
            su mirada me recuerda que soy forastero
            de sus huertos  milenarios

en ocasiones
para la arcilla
      Dios
es un niño pequeño que juega
con las piedras de sus manos
y la tierra de sus árboles
b

a veces
mi ángel me esparce
a orillas de las aguas
a veces olvida
que de carne es mi brazo

yo comienzo a disolverme
mi ángel regresa
                                      y llora
con sus lágrimas
me convoca a levantar
                            y después

me guarda en su pequeño bolso celestial

g

mi ángel me guía
fuera de un licor ardiente
con una vara viva

mis ojos arden 
y danzo con la bestia 
amarrada en mi caricia

e

eva
es otra reina     
               [reina del calvario]
y trepa quedito
los templos de adán

eva se postra
frente al árbol del conocimiento
con sus ojos de calidoscopio [muy abiertos]
ella cubre de caricias
la piel arcillosa de adán
trepada en la rama del árbol
cuyos frutos ya no son apetecibles
ni para el reptil juzgado


z
la serpiente
                 plaga sin remedio
                 para las arterias de polvo
                 que entre la sangre se arrastra 
es otra bestia
taladrando el hueso deshabitado del cordero
que "el semejante" arrastra entre los dientes de la fe


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